Guerrero

En el actual estado de Guerrero se dio un desarrollo cultural que abarcó desde 2500 a. C. hasta la conquista española, del cual son herederos numerosos pobladores indígenas, entre los que perviven no sólo prácticas prehispánicas, sino incluso sus idiomas originales.

Durante mucho tiempo, la zona de Guerrero fue considerada parte del Occidente de México, situación que, en buena medida, era consecuencia de la relativamente escasa investigación que se había realizado en ella. Estudios arqueológicos recientes han mostrado que, en la época prehispánica, en el área que actualmente ocupa el estado de Guerrero se desarrollaron diversas tradiciones culturales con características propias y claramente distintas a las que son comunes a los grupos del Occidente. Por sus cualidades naturales y por la presencia de ciertos tipos de maíz –a los que se supone relacionados con especies que se encuentran entre las primeras en haber sido domesticadas por los antiguos mesoamericanos–, es probable que la cuenca del río Balsas sea una de las áreas en las que se originó el cultivo de ese grano.

Entre otros factores, el extenso litoral de la región permitió, desde el Preclásico Temprano (2500-1200 a. C.), el desarrollo de comunidades que explotaban sus abundantes recursos. De hecho, en una de esas localidades, la de Puerto Marqués, se encontró una de las evidencias de fabricación de cerámica más antiguas del área mesoamericana. En Guerrero, el Preclásico Medio (1200-400 a. C.) se distingue por una fuerte presencia de elementos característicos de la cultura olmeca, para algunos sólo superada por la existente en el área nuclear de la costa del Golfo. Es posible que esa abundancia sea producto de la integración del área de Guerrero a un sistema de intercambio de alcance mesoamericano, promovido por los olmecas del Golfo con el propósito de allegarse diversas materias primas y productos. Además de la gran cantidad de vestigios de estilo olmeca que se han localizado o que se sabe proceden de esta región –en los que se incluyen esculturas portátiles y monumentales, así como cerámica–, en ella se encuentran Teopantecuanitlán, uno de los asentamientos más antiguos asociados a la cultura olmeca, y prácticamente todos los sitios en que se localiza pintura rupestre con rasgos característicos de la iconografía de esta cultura-

En el Preclásico Tardío (400 a. C.-200 d. C.) dio comienzo el desarrollo de uno de los estilos más peculiares del área mesoamericana, el conocido como Mezcala, que habría de tener su apogeo durante el Clásico (200-900 d. C.). También se dieron otros desarrollos locales en regiones como Infiernillo (68), en la costa del Pacífico, y en la zona de la Montaña. Durante su apogeo, Teotihuacan influyó en gran parte de esta región, de la que se obtenían, entre otros productos, máscaras de piedra.

Durante este periodo Guerrero continuó en contacto con grupos del Centro de México. A lo largo del Posclásico Temprano (900-1200 d. C.) los toltecas obtuvieron de esta región materias primas como serpentina y conchas de la costa del Pacífico. Para la siguiente fase, el Posclásico Tardío (1200-1521 d. C.), la mayor parte de la zona, con excepción del señorío de Yopitzinco, quedó, gracias a sucesivas incursiones, bajo dominio de la Triple Alianza, la cual estableció varias provincias tributarias. Hacia finales de esa época, los tarascos comenzaron un proceso de expansión que obligó a los miembros de la Triple Alianza a establecer guarniciones como la de Oztuma.

Tomado de Vela y Solanes, Arqueología Mexicana, Especial 5, Atlas del México prehispánico.