Axayácatl, “El de la máscara de agua” (1469-1481)

Su nombre significa “el de la máscara de agua”, aunque también puede ser “el que tiene agua en la cara, el esforzado”; se representa por un rostro humano del que brota una corriente de agua. Nacido en 1450, fue nieto de Moctezuma Ilhuicamina. Su madre, Atotoztli, era hija de ese tlatoani y su padre, Tezozómoc, hijo de Itzcóatl, el cuarto gobernante mexica. Casó con muchas mujeres y entre sus hijos se encuentran Moctezuma Xocoyotzin y Cuihtláhuac, noveno y décimo tlatoque de Tenochtitlan.

 

Axayácatl fue el tlatoani mexica que más joven ascendió al trono. Sus doce años de gobierno se caracterizaron por un permanente estado de guerra, que le dieron su fama de excelente y muy agresivo jefe militar. Sus campañas de conquista expandieron notablemente los dominios de la Triple Alianza y logró el sometimiento de Tlatelolco, aunque también hubo de sufrir la primera gran derrota mexica, ante el imperio tarasco.

Contaba con 19 años al momento de ser nombrado tlatoani  de Tenochtitlan. A diferencia de sus antecesores, curtidos en el gobierno y la guerra al momento de su ascenso, Axayácatl era un joven sin mayor experiencia pero los electores consideraron que tenía un gran potencial para ejercer el liderazgo. Otro factor que parece haber favorecido su elección fue la influencia política que tenía su madre, hija del recién fallecido Moctezuma Ilhuicamina (aunque algunas fuentes señalan que fue su madre una señora de Tacuba llamada Huitzilxochitzin), y el hecho de que su otro abuelo fuera el prestigiado Itzcóatl.

Durante sus doce años de gobierno, Tenochtitlan estuvo inmersa, prácticamente sin pausa, en actividades militares. De hecho se dice que antes de su entronización dirigió con bastante éxito la campaña contra Tecuantépec, cuya resistencia venció haciéndoles caer en una emboscada. Tomó numerosos cautivos, que fueron sacrificados durante su ceremonia de investidura como tlatoani.

Llevó a cabo exitosas incursiones por Oaxaca, el Golfo de México y el estado de México, pero su victoria más sonada fue sobre la ciudad de Tlatelolco en 1473. Se dice que fue el mismo Axayácatl quien dio muerte a Moquíhuix, señor de Tlatelolco, en un enfrentamiento directo.

Este sometimiento es significativo no sólo porque a raíz de él Tenochtitlan se deshace de un rival poderoso y peligrosamente cercano, sino porque se apropian de la estructura mercantil de Tlatelolco. En mérito de la victoria de Axayácatl, hay que apuntar que ésta se dio en un momento de cambio en la estructura de la Triple Alianza, con la muerte de Totoquihuaztli de Tacuba y, principalmente, de Nezahualcóyotl de Tetzcoco, en 1472. El poder de Tenochitlan se consolidó tras esta victoria, no sólo por su resonancia sino porque implicó una renovación a fondo de la nobleza de los pueblos que habían apoyado a Tlatelolco en la rebelión; los señores de muchos de esos pueblos fueron ejecutados y remplazados por nobles con lazos con los mexicas.

Para la época de Axayácatl, los tarascos ya eran una fuerza respetable que dominaba la mayor parte de Michoacán y territorios aledaños, y significaba un peligro potencial para el imperio mexica. Por ello, Axayácatl realizó varias incursiones hacia el occidente de la Cuenca de México con el propósito de tener el control del área fronteriza; en algún momento los mexicas se enfrentaron con los tarascos y sufrieron una sonora derrota, la primera para el poderoso imperio. Aun así, Axayácatl logró superar este episodio y emprendió exitosas campañas por otras regiones.

Tomado de Enrique Vela, Arqueología Mexicana, Especial 40,  Los tlatoanis mexicas. La construcción de un imperio.