Cantona. Economía

Los cantoneses basaron su economía en la fabricación de objetos de obsidiana y su exportación a poblaciones cercanas o distantes. Mediante el intercambio de obsidiana por productos no existentes en la región –alimentos, objetos de lujo y utensilios–,  Cantona logró su estabilidad económica. Ni la calidad ni la dimensión de los terrenos de cultivo en torno a la gran ciudad eran suficientes para mantener a la población, cada vez más numerosa, lo cual se resolvió con la producción e intercambio de objetos de obsidiana. Ésta fue al parecer otra de las razones para ubicar el asentamiento en este malpaís, ya que se localiza a escasos nueve km de los yacimientos de obsidiana de Oyameles-Zaragoza. Aunque en la Cuenca de Oriental existen otros yacimientos de obsidiana –Pico de Orizaba, Guadalupe Victoria, Altotonga, C. Pizarro, Las Derrumbadas, etc.–, y de fácil acceso, los cantoneses prefirieron el material obtenido en Oyameles– Zaragoza para la elaboración de sus artefactos (García Cook et al., 2010; Téllez Nieto, 2013).

En Cantona hemos localizado un buen número de talleres de obsidiana, de carácter familiar o local, ubicados al interior de las unidades habitacionales y que se distribuyen por todo el asentamiento. Hay un conjunto de talleres –al menos 353– que se concentran en un área específica de la ciudad, al sureste inmediato del centro cívico-religioso principal, a los que hemos considerado como talleres estatales. Éstos se dedicaron a la producción de objetos líticos para su exportación e intercambio, tanto al interior de la Cuenca de Oriental como lugares fuera de ella, sobre todo con poblaciones al sur y al sureste del actual México. La producción de esos talleres, así como su comercio, creemos que fue controlada por el Estado (García Cook, 2014 ).

La producción de objetos de obsidiana para su exportación e intercambio se inició hacia 700 a.C., cuando ya se exportan núcleos y navajas prismáticas. Esta exportación se incrementa en 300 a.C. –fase Cantona I Tardío o fase Payuca Regional– y continúa hasta mediados de Cantona III –fase Xaltepec Regional–, 750 d.C., para permanecer, al parecer en menor escala, hasta 950 d.C. Se conocen objetos de obsidiana proveniente de los yacimientos de Oyameles–Zaragoza en diversos lugares: sur de Veracruz, San Lorenzo Tenochtitlán, Cerro de las Mesas y Tres Zapotes; Ceibal, Guatemala; el istmo de Tehuantepec, Oaxaca; La Venta, Tabasco; Cholula y valle de Tehuacán, Puebla; Tlaxcala; Tajín, Quiahuiztlan y Cempoala, Veracruz, y buena parte de sitios en la costa central y el sur del Golfo de México. Inclusive se sabe, aunque escasa, de obsidiana de Oyameles-Zaragoza en Becán y Chicanná, Campeche, y en Tikal, Guatemala (véase García Cook, 2014, para ampliar esta información).

 

Ángel García Cook (1937-2017). Arqueólogo por la ENAH. Fue investigador del INAH.

 

García Cook, Ángel, “Juegos de pelota”, Arqueología Mexicana, Especial 73, pp. 30-33.