Colima y sus tesoros

Olga Cano

 

Historia

En el valle de Colima, bajo la custodia de los imponentes Nevado de Colima y el Volcán de Fuego, se encuentran manifestaciones de las culturas del Occidente de México. Esta área cultural que forma parte de Mesoamérica albergó en su territorio, además de al estado de Colima, a Sinaloa, Jalisco, Nayarit, Michoacán y partes de Guerrero y Guanajuato.

Una de las principales características de las culturas de Colima durante la época prehispánica fue su excelsa cerámica, conocida a través de las figuras ele los perros de Colima y asociada con la tradición de las tumbas de tiro.

Para conocer el desarrollo cultural de esta zona, desde el Preclásico hasta el Posclásico, los estudiosos la han dividido en siete fases, las cuales tomaron sus nombres de sitios de Colima donde se hicieron hallazgos; así, tenemos las fases o complejos Capacha, Ortices, Comala, Colima, Armería, Chanal y Periquillos.

El estudio de la cerámica de las culturas de Colima ha sido difícil, principalmente de la depositada en rumbas de tiro, que ha sido objeto de un inmisericorde saqueo; aunque se han recuperado muchas piezas no hay evidencia del contexto ni del lugar donde se encontraron, lo que ocasiona una seria pérdida de información histórica.

Es interesante mencionar las similitudes entre el Occidente de México y Sudamérica, ya que en partes de ambas regiones se construyeron tumbas de tiro. Gracias a los últimos estudios se han encontrado otros elementos comunes con países tan lejanos como Ecuador y Perú, con los que hubo contacto vía marítima por navegación de cabotaje. Prueba de ello son las piezas encontradas en Playa del Tesoro (200-700 d.C.), en las costas colimenses.

La desaparición de las tumbas de tiro marcó el cambio en el culto de los ancestros hacia sus deidades, lo que dio lugar a la construcción de centros ceremoniales y plazas, como resultado de la llegada de grupos emigrantes provenientes del altiplano. Esto en vista de que a partir de la fase Armería (500-1000 d.C.) los rasgos de la cerámica cambiaron y aparecieron construcciones defensivas y representaciones de dioses propios del altiplano, como Tláloc y Huehuetéotl. En la fase Chanal (600-1500 d.C.) surgieron ciudades como El Chanal y La Campana, con sus plazas, plataformas y pirámides construidas con piedras de río, un aspecto característico de la arquitectura de la zona.

Durante la última fase, los pueblos Periquillos-Aliman, en los siglos XV y principios del XVI, detuvieron la primera incursión ele los españoles en estas tierras. Para el siglo XVI se habían formado tres señoríos: Aliman (valle de Tecomán), Cihuatlán-Tepetitango (valles entre los ríos Chacala y Armería) y Coliman (valle de Colima y cuenca del río Salado). Este último detentaba el dominio de la región y "su gran señor", que es mencionado por Hernán Cortés en su tercera carta de relación, fue quien los liberó del imperio purépecha.

El rico pasado histórico de esta región tiene aun mucho por ser descubierto y para sorprendernos. El esfuerzo de las autoridades, las instituciones y la comunidad, aunado a la dedicación de investigadores como Isabel Kelly, ha dado como resultado valiosas aportaciones. Las próximas exploraciones y trabajos se realizarán en el sitio de Ixtlahuacán y en los guachimontones de Comala.

 

Olga Cano Díaz. Licenciada en arquitectura por la Universidad Iberoamericana. Ha sido directora general de Guías Turísticas de Banamex. Proyectó la Guía Michelin de México. Directora editorial de la revista de vuelo Abordo ele Mexicana de Aviación hasta 1999.

 

Cano Díaz, Olga, “Colima y sus tesoros”, Arqueología Mexicana núm. 52, pp. 78-85.

 

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