Colocación de la ofrenda

Es una mesa que se cubre con un mantel o con papel picado, situada juntos al atar familiar, se coloca la ofrenda, que contiene panes, veladoras, dulces preparados, mole con pollo o guajolote, tamales, frutas, flor de muerto o cempoalxóchitl, bebidas alcohólicas y un vaso con agua bendita.

Asimismo, para guiar a las almas se hace un camino con pétalos de dicha flor desde la ofrenda hasta la calle; se prende copal en un incensario negro y luego se reza. En algunos pueblos los rezaderos elevan plegarias en las casas, a veces acompañados por una banda, que el día de los angelitos toca melodías alegres, y el de los grandes, música fúnebre.

El 2 de noviembre se acude al panteón para arreglar y adornar las tumbas. En algunos lugares se va a misa y el sacerdote recorre los sepulcros rezando responsos. Después, las familias regresan a sus casas y, por la tarde, se realiza la “levantada” de la ofrenda. Se dice que para entonces los alimentos ya han perdido su aroma, y con ellos se da la “ofrenda” o la “calavera” a parientes y amigos, con lo que finaliza a festividad, aunque hay sitios donde las ceremonias se repiten en la “octava” de la fiAdministrationesta. En algunas áreas la costumbre se refuerza con la narración de relatos alusivos, cuya función es validar la cultura, justificar los rituales y mantener patrones de conducta, a la vez que ejercer un control social con objeto de no perder esta tradición.

 

Tomado de Lilian Scheffler, “Ofrendas  y calaveras. Celebración de los días de Muertos en el México actual”, Arqueología Mexicana núm. 40, pp. 58-61.

 

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