Estudian megafauna del Pleistoceno Tardío que vivió en lo que hoy es la península de Yucatán

En la inmensa oquedad subacuática de Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo,  de 62 metros de diámetro y 55 de profundidad, se han encontrado restos de 42 animales del Pleistoceno Tardío, pertenecientes a 13 especies, siete de ellas ya extintas como el gonfoterio, tigre dientes de sable, perezoso gigante de tres tipos, oso tremarctino y un cánido parecido al lobo sudamericano, señaló el doctor Blaine W. Schubert al impartir la conferencia magistral Naia y la megafauna: del tigre dientes de sable al perezoso gigante y el oso de cara corta.

La ponencia se ofreció en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, como parte de la serie de conferencias sobre el Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, que desde 2011 lleva a cabo la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), coordinado por la arqueóloga Pilar Luna Erreguerena.

El resto de los fragmentos óseos localizados en la oquedad corresponde a animales que todavía existen, como puma, pecarí, coatí, tapir, murciélago, tlacuache y una especie de gato aún por identificar.

Los estudios los ha realizado junto con su contraparte mexicana, el doctor Joaquín Arroyo Cabrales, jefe del Laboratorio de Arqueozoología, de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.

Schubert indicó que la mayoría de los fósiles presentan un buen estado de conservación. Recordó que en el Pleistoceno Tardío el terreno era más árido y el agua tenía niveles bajos, por lo que es probable que dichos animales ingresaran a la cueva en busca de agua y quedaron atrapados en ella.

“Hoyo Negro representa la muestra más grande y completa del género de oso de cara corta (Arctotherium sp / sp: es el término latino que indica que aún no se conoce la especie precisa). La presencia de este gran oso en lo que hoy es Yucatán, pudo haber sido una barrera para el oso andino de anteojos (Tremarctos) durante su migración de Norteamérica hacia las tierras bajas de Sudamérica, ya que el primero pudo ser mejor competidor por alimento y hasta que se extinguió, el segundo pudo al fin cruzar hacia el sur”, comentó.

A manera de resumen, Schubert señaló que el universo de megafauna en Hoyo Negro contempla hasta ahora especies como al puma (Puma concolor); oso de cara corta (Arctotherium sp); tres tipos de perezosos terrestres: Nothrotheriops shastensis, Nohochichak xibalbahkah y uno aún bajo estudiotapir (Tapirus sp); gato montés (Lynx rufus); gonfoterio (Cuvieronius sp); pecarí (Pecari tajacu) y tigre dientes de sable (Smilodon fatalis), entre las otras ya citadas.

Previo a la participación de Schubert, el doctor James C. Chatters, codirector e investigador principal, habló sobre “Naia”, el esqueleto fósil más completo recuperado en América, perteneciente a una joven que vivió hace casi 13,000 años en lo que hoy es la península de Yucatán y murió cuando tenía entre 15 y 17 años de edad.

Cercano a sus restos óseos, dijo, se localizó un gonfoterio fechado en 37, 000 años de antigüedad, lo que indica que Hoyo Negro fue una especie de trampa mortal. “Naia” cayó en esa inmensa oquedad casi 25,000 años después de aquel animal.

Los huesos de “Naia” estaban mezclados con los del ancestro de los elefantes y cerca de otros de diversas especies extintas. “Es la primera vez que tal hallazgo tiene lugar en América; aún se no sabe cuántas de estas especies fueron sus contemporáneas pero se está investigando”, finalizó.

 

Dirección de Medios de Comunicación (INAH)