La búsqueda del pasado de la humanidad en el Afar, Etiopía. Arqueología prehistórica

Luis Fernando Núñez E., Henry W. Gilbert, Liubov Golovanova, Vladimir Doronichev, Leah Morgan

El Afar, una de las regiones más inhóspitas del planeta, fue el escenario donde evolucionaron los antepasados de los humanos modernos hace más de cuatro millones de años. Desde 2009, un arqueólogo mexicano participa en la investigación de un área rica en fósiles y herramientas de piedra, colaborando con ello al conocimiento sobre nuestros orígenes.

 

“El agujero infernal” es el sobrenombre con el que se refirió al Afar el primer explorador europeo que sobrevivió para narrar su experiencia en la región (Nesbitt, Hell-Hole of Creation). Este territorio inhóspito, ubicado en la parte noreste de Etiopía, es de los más áridos del planeta, la temperatura promedio alcanza 45°C, y en los cortos periodos de lluvia, ésta es torrencial. A lo largo de millones de años ha habido una intensa actividad volcánica y sísmica, lo que ha dado lugar a paisajes como sacados de libros de ciencia ficción.

La región es habitada por los afar, un grupo étnico que todavía mantiene formas de una organización social, económica y política tribal. Están organizados en clanes y van recorriendo de manera itinerante el territorio en busca de agua y alimento para su ganado. Pastorean reses, cabras y camellos, los que forman la base de su sustento y economía.

Se trata de un pueblo orgulloso y guerrero; la mayor aspiración de los hombres jóvenes es participar en las disputas entre los clanes y en contra de las etnias vecinas. Los hombres ganan prestigio matando a otros hombres y los conflictos, generados por diversas causas, son constantes. La mayoría de los hombres, y algunas mujeres, van armados con un cuchillo largo y curvo (gile) y cargan al hombro un fusil de asalto, y algunos también llevan granadas.

Cuando se está ahí, cuesta trabajo imaginar que hubo hace miles y millones de años paisajes con lagos, ríos y pastizales, donde paseaban grandes mamíferos, numerosas manadas de rumiantes y también acechaban los depredadores. La mayoría de esos animales se extinguieron hace miles de años, pero otros aún recorren las sabanas de regiones más húmedas en el sur de Etiopía, en Kenia y Tanzania.

Posiblemente el lector piense que no hay nada atractivo en esa inhóspita región, y seguramente no será su próximo destino para vacacionar. Y tal vez se desanime aún más al mencionar que tampoco hay baños, ni internet, prácticamente ningún servicio. Sin embargo, en ese lugar sucedió algo por demás trascendental para la humanidad, y esto hace que para algunos merezca la pena tan dantesca empresa. Y es que el Afar es la cuna de la humanidad.

 

El Afar: una ventana al pasado

De este lugar surgieron nuestros antepasados hace más de cuatro millones de años. Fueron evolucionando en especies cada vez más inteligentes y con mayor capacidad para impactar su entorno. Aquí los humanos aprendieron a caminar erguidos y a elaborar herramientas de piedra y comenzaron a dispersarse por África, Asia y Europa en distintas oleadas migratorias desde hace más de dos millones de años.

La región, por lo tanto, resulta ideal para el estudio de lo que sucedió en épocas de la Tierra como el Plioceno y el Pleistoceno, que son los dos periodos en que ocurre la evolución humana. A las primeras especies de los humanos se les llama australopitécinos, y su principal característica es que caminaban erguidos. Su comportamiento sería parecido al de los grandes simios que conocemos hoy en día.

Sin embargo, hace más de dos millones de años, una especie de homínidos comenzó a elaborar las primeras herramientas de piedra. A esta tecnología se le conoce como olduvayense y consiste en cantos y rocas burdamente tallados que carecen de formas estandarizadas.

Los primeros homínidos en utilizar las herramientas fueron el Australopithecus garghi y el Homo habilis, con quienes se inicia nuestro linaje evolutivo. La aparición más temprana de la cultura olduvayense ocurrió en la región de Omo (Etiopía) hace 2.6 millones de años. La invención de la herramienta es la muestra más antigua de inteligencia humana.

En esta parte de Etiopía existe una gran cantidad de sitios arqueológicos y de yacimientos fosilíferos que abarcan casi por completo la secuencia evolutiva y cultural del género homo en África. Muchas variedades de homínidos se originaron aquí, como los fósiles más antiguos de nuestra especie, el Homo sapiens idalto (anciano, en lengua afar), hace 120,000 años y encontrado en el Awash Medio.

Esta ventana hacia nuestro pasado remoto ha generado un gran interés entre los especialistas en los temas de evolución humana, prehistoria, paleontología y geología, entre otras. Actualmente hay alrededor de 15 proyectos de investigación de diversas instituciones de países como Francia, Estados Unidos, Japón, Austria y España.

 

El proyecto Kesem-Kebena-Dulecha

El equipo de trabajo, dirigido por el doctor Henry Gilbert, está integrado por cinco investigadores de distintas nacionalidades, incluido un arqueólogo mexicano que se incorporó al proyecto desde 2009. También hay un equipo de trabajadores etíopes, cuya labor resulta fundamental para llevar a cabo el proyecto.

El área de estudio se ubica en la parte norte del Principal Rift Etíope, en la parte sur del Afar. El nombre del proyecto hace referencia a los ríos Kesem y Kebena y el pueblo de Dulecha, los que delimitan el área de investigación. La geografía del terreno es accidentada. Hay partes con filas infinitas de cerros y cañadas, lechos de ríos secos, barrancos y pequeños valles. La vegetación es escasa y abundan los arbustos espinosos.

A lo largo de siete temporadas se lleva recorrida la mayor parte de la región, y ésta es rica en sitios con fósiles y artefactos de piedra. En algunas localidades se han obtenido fechas confiables, utilizando algunas capas de ceniza volcánica que se fueron depositando por encima de las capas geológicas donde se encuentran los fósiles y las herramientas; esto nos ha permitido ubicar los hallazgos con bastante precisión cronológica.

La antigüedad de algunos sitios coincide con momentos de la Edad de Piedra, con escasa información arqueológica en el este de África, por lo que su estudio aportará materiales al conocimiento de la prehistoria. Los restos de fauna fósil encontrados incluyen numerosas especies que habitaron durante el Plioceno y el Pleistoceno, en un ambiente de menor aridez que el actual. Las herramientas abarcan una larga secuencia cultural que se inicia en la Edad de Piedra Temprana (olduvayense) y culmina en el Neolítico.

 

Dr. Luis Fernando Núñez E. Antropólogo por la unam. Trabaja en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam. Ha participado en cuatro temporadas de campo en Etiopía, la última en los primeros meses de 2015. Estudia además temas sobre prácticas rituales de Mesoamérica.

 

Dr. Henry W. Gilbert. Profesor del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de California East Bay e investigador del Human Evolution Research Center, Universidad de Berkeley. Es director del proyecto y cuenta con 20 años de experiencia en el campo etíope.

Dra. Liubov Golovanova. Investigadora del Laboratorio de Prehistoria ano, San Petersburgo, Rusia. Especialista en la prehistoria de Euroasia, trabaja en el campo africano desde 2011.

Dr. Vladimir Doronichev. Investigador del Laboratorio de Prehistoria ano, San Petersburgo, Rusia. Especialista en la prehistoria de Euroasia, trabaja en el campo africano desde 2011.

Dra. Leah Morgan. Investigadora del Servicio Geológico de los Estados Unidos en Denver, Colorado. Perfecciona las máquinas para los fechamientos con las técnicas de potasio y argón, y cuenta con amplia experiencia en la geología del este de África.

 

Núñez E., Luis Fernando, Henry W. Gilbert, Liubov Golovanova, Vladimir Doronichev, Leah Morgan, “La búsqueda del pasado de la humanidad en el Afar, Etiopía. Arqueología prehistórica”, Arqueología Mexicana núm. 134, pp. 17-21.

 

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