La composición de la persona en la tradición mesoamericana

Alfredo López Austin

La tradición mesoamericana responde a las interrogantes sobre la condición de la criatura humana, el origen de la especie, las características inherentes a los grupos humanos y la individualidad personal, dando funciones muy específicas a las diferentes entidades anímicas o "almas" del hombre.

 

De la unidad y la diversidad del pensamiento

La permanente adaptación del hombre a la multiplicidad de sus tiempos y espacios hace que la actitud interrogante sobre los aspectos cruciales de su interioridad y entorno sea una parte indispensable de su equipo de supervivencia. Esto es obvio, como también lo es que buena parte de las preguntas y las respuestas de los hombres tengan un extraordinario parecido -aun cuando provengan de tradiciones lejanas entre sí- , debido a la identidad fisiológica, la de los procesos de pensamiento, necesidades vitales primarias y aspiraciones elementales. Pero en el hombre hay mucho más que condiciones básicas y no debemos engañarnos por la aparente similitud de algunas preguntas y respuestas. Hay todo un juego entre la unidad y la diversidad del pensamiento humano, en tanto que en su formación intervienen los diferentes ambientes y la particularización de la historia, productores de ese gran lente que obliga a percibir el mundo y a actuar en él de una manera propia. Cada tradición pregunta y responde en forma peculiar. Preguntas y respuestas están filtradas y construidas a partir, dentro y en la congruencia de los macrosistemas de pensamiento que llamamos cosmovisiones.

Un gran complejo de problemas en toda cosmovisión es el relativo a la taxonomía. Con innumerables matices, el hombre ha de preguntarse por la multiplicidad de los seres del mundo; por la agrupación de estos seres en clases; por la persistencia de las clases a pesar de la destrucción de los individuos, y por su propia ubicación en el variado mar de criaturas. La taxonomía no es sólo la respuesta a una inquietud de conocimiento: es una guía para actuar en el mundo; no se concreta a encasillar a los seres, sino que explica el entrelazado holístico de sus relaciones, las causas y los efectos.

 

Unidad y diversidad mesoamericanas

En lo tocante a la ubicación y caracterización del ser humano, la tradición mesoamericana posee un vigoroso cuerpo de respuestas. Como en todos los demás aspectos culturales de una tradición que se inició hace 4 500 años y que perdura hasta nuestros días, son muchas las variantes en la concepción del hombre, su razón de ser, sus componentes y su escatología. No en vano la tradición se ha ven ido construyendo paulatinamente desde la remota época de los caseríos primitivos hasta los tiempos de la complejidad urbana; desde la historia indígena autónoma hasta la devastadora vida colonial; en los altos valles, en las costas, en las selvas, en las áridas regiones septentrionales; por hombres de una gran diversidad de lenguas, algunos de rancia antigüedad en el nicho mesoamericano, llegados otros a él en tiempos relativamente recientes. Sin embargo, hay una historia común milenaria, una decantación cultural también común, la formación de un núcleo duro, rector, del que derivan y al que alimentan todas las variaciones culturales mesoamericanas. Así, por ejemplo, la explicación de muy diversos problemas taxonómicos relativos al ser humano descansa en la concepción plural de las entidades anímicas (o "almas'') del individuo. Éstas eran imaginadas como conglomerados de sustancias ele origen sobrenatural que estaban alojadas en distintas partes del cuerpo y que tenían funciones específicas para hacer del hombre un ser vivo y consciente, con un destino, y con capacidades de conocimiento, afección, voluntad, temperamento y tendencia. Todo esto, independientemente de las distintas clases de "almas" en que se creyera, de su número, del diverso origen que se les atribuyera o de la intrusión de las concepciones europeas en el pensamiento colonial.

 

Alfredo López Austin. Doctor en historia por la UNAM. Investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. En la actualidad estudia la cosmovisión mesoamericana. Miembro del Consejo de Asesores de esta revista.

 

López Austin, Alfredo, “La composición de la persona en la tradición mesoamericana”, Arqueología Mexicana núm. 65, pp. 30-35.

 

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