La fauna en la cosmovisión mesoamericana

Por: Guilhem Olivier

La importancia que tenían los animales para los antiguos mesoamericanos se puede evaluar a través del papel que se les asignó en la cosmovisión. De hecho, todas las deidades prehispánicas tienen vínculos con la fauna, algunas por su propio nombre: Kukulkán o Gucu matz ("Serpiente Emplumada", en maya yucateca y maya quiché), Huitzilopochtli ("Colibrí de la Izquierda", en náhuatl) y Camazotz ("Murciélago Muerte" en maya quiché); y otras por su nombre asociado al calendario: como Chicomecóatl ("7 Serpiente") y las deidades supremas de los mixtecos "1 Venado Serpiente de León" y "1 Venado Serpiente de Tigre".

La fauna mesoamericana proporcionó también, en numerosas ocasiones, los atavíos de los dioses: los penachos de plumas de quetzal de Xochiquétzal, el caparazón de tortuga de Chalchiuhtlicue, la lengua bífida de serpiente del dios zapoteco Cocijo, o el inquietante búho o tecolote moan que adornaba el tocado del viejo dios maya L. Asimismo, el bulto sagrado del dios tarasco Curicaueri se envolvía en piel de venado, y en piel de jaguar el de Quetzalcóatl.

Más aún, los seres divinos podían manifestarse bajo la forma de animales: Chac surge como una serpiente, Itzpapálotl con los rasgos de una mariposa, el dios C en forma de sapo, y Hun Batz y Hun Chuen, como monos. Estos animales representan a los nahualtin de las deidades. De hecho, los dioses podían tener varios dobles animales: el polifacético Tezcatlipoca aparecía como jaguar, coyote, zopilote, guajolote, mono y hasta como langosta. Por esta razón cobra más fuerza la propuesta de Michel Graulich, quien considera que el famoso "zoológico de Motecuhzoma", que tanto impresionó a los conquistadores, reunía en realidad los animales nahualtin de los dioses, y no, como se ha creído, la variada fauna del imperio para la supuesta distracción del "orgulloso rey".

Este vínculo entre animales y deidades se conserva aún hoy en los mitos de los indígenas actuales. Autores como Alfredo López Austin y Michel Graulich han demostrado que ciertos dioses antiguos se esconden a menudo tras héroes como el tlacuache (Quetza1cóatl), el venado (Mixcóatl) o el colibrí (Huitzilopochtli).

Los sacrificios de animales formaron parte de numerosos ritos antiguos. ¿Acaso en Tollan no había instaurado Topiltzin Quetza1cóatllas ofrendas de culebras, de mariposas y de pájaros? En los códices aparece la occisión ritual de jaguares, venados, águilas, codornices, etc. Sobre los perros, el autor tlaxcalteca Diego Muñoz Camargo precisa:

“Y deste género de perros, sacaban en procesión, y en andas muy adornadas, y [ ... ] los sacrificaban y los sacaban los corazones, y los ofrecían al dios de las aguas. Y, cuando volvían de este sacrificio [ ... ] llovía y relampagueaba de tal manera, que no podían llegar a sus casas con la mucha agua que llovía.”

En Yucatán, los dueños de íntimo del universo indígena: plantaciones de cacao también  inmolaban a un perro, con manchas de color de cacao, mientras que los purépechas sacrificaban venados cerca de trojes de maíz.

Guilhem Olivier, “Los animales en el mundo prehispánico”, Arqueología Mexicana, núm. 35, pp. 4-14.

Guilhem OIivier. Doctor en historia por la Universidad de Toulouse, Francia. Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Lleva a cabo investigaciones sobre Mixcóatl y sobre el papel de los animales en la cosmovisión meso americana.

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