La huida de Moctezuma II

Fray Bernardino de Sahagún (Códice Florentino, lib. XII) y fray Diego Durán (Historia, cap. LXIII en adelante) son las dos fuentes más importantes que registran, textual y gráficamente, las narraciones sobrenaturales (tetzáhuitl) que, se dice, anunciaron cambios radicales y violentos, producto de la llegada de las huestes españolas al mando de Hernán Cortés. El contenido de los tetzáhuitl es variado y, como corresponde a su naturaleza sobrenatural, a veces difícil de comprender. La ilustración que presentamos se refiere al relato de intento de fuga del emperador Motecuhzoma II, con el objeto de no enfrentar los funestos acontecimientos que se presagiaban. El texto en Durán explica: “...con mucho secreto se metió en su canoa, y estando en vela, vido encima del cerro de Chapultepec una cueva tan encendida que con su luz se parecían las cosas de la ciudad y los cerros y árboles como si fuera de día, y entendiendo ser aquel Uémac que venía por él, mandó a sus corcovados que remasen a toda prisa. Y llegado que fue a Tlachtonco, él y sus corcovados se vistieron de ropas reales, y el Motecuhzoma se puso sus braceletes y calcetas de oro y sus plumas en la cabeza y collares al cuello de oro y ricas piedras, y sentóse en un asentadero de aquellos y junto a él todos sus corcovados, a esperar a Uemac” (cap. LXII de la “Historia”). Sobre este mismo intento de huída, el texto y la ilustración en el Códice Florentino se refieren a una cueva, aquí en tierra firme, llamada Cincalco (el lugar de la casa del maíz), también ubicada en el área de Chapultepec y también presidida por Uémac. El tlacuilo o pintor indígena mezcló los dos estilos gráficos: el prehispánico, más conceptual, reflejado en la cueva-casa (calli), en el glifo de agua, una corriente con terminales en caracoles oliva y especie de gotas hechas de concha o, en ocasiones, jades perforados, y el estilo europeo, más perceptual, que da tridimensionalidad al paisaje y a la canoa y sus ocupantes. Son innumerables los ejemplos en las ilustraciones de Durán que reflejan estos intentos de unir lo tradicional con las novedades gráficas traídas por los conquistadores hispanos.

Tomado de Xavier Noguez, “Las ilustraciones en la obra de fray Diego Durán”, Arqueología Mexicana núm. 116, pp. 16 - 17.

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