Los juegos de pelota y las relaciones comunitarias en Oaxaca y la Sierra Sur

Marijke Stoll

Aquí se presentan brevemente los datos disponibles sobre los juegos de pelota en Oaxaca. Nos enfocamos en la parte sureste de la Sierra Sur, en particular en la subregión de Nejapa, donde hice recientemente un estudio de las canchas de juego de pelota. Se revisan sus características y su distribución para entender mejor las relaciones comunitarias en el curso de los siglos. Además, se contrastan esos nuevos datos con nuevas evidencias de Quiechapa y la Chontalpa, que se ubican al sur de Nejapa. Con esta revisión, podremos entender mejor cómo eran las relaciones sociopolíticas relacionadas con el juego de pelota en esa parte de la Sierra Sur.

 

Aunque Oaxaca no es frecuentemente incluido en la bibliografía sobre el juego de pelota, salvo referencias continuas a las canchas de Yagul y Monte Albán, las investigaciones recientes han demostrado que el juego y las canchas también tenían un papel importante en las relaciones comunitarias en esa región desde por lo menos el Preclásico. La mayoría de las investigaciones del juego en Oaxaca se enfocaron sobre los Valles Centrales, más unos escasos estudios en la Mixteca alta y baja, la Costa Chica y el Istmo sur. Aparte de estos estudios iniciales, no se han realizados investigaciones regionales adicionales por mucho tiempo. A pesar de todo, en años recientes se ha localizado un número significativo de canchas en diferentes sitios en regiones poco conocidas de Oaxaca.

 

Las áreas más investigadas

En los Valles Centrales se registraron 57 canchas. Se supone que las primeras canchas de mampostería aparecieron en el Preclásico Tardío. No obstante, pueden haber existido mucho antes. Por ejemplo, hay una estructura arcaica de función desconocida en el sitio de Geo-Shih. Consta de dos líneas paralelas de piedras que miden 20 m de largo, separadas por una pista estrecha de 7 m. Aunque algunos autores sugieren que era un espacio para bailes rituales, también puede ser un campo de juego muy temprano (7000 a.C.). Marcus Winter reportó otra estructura similar en un sitio cerca de Geo-Shih (Lohse et al., 2013). Durante el Clásico aumentó notablemente el número de juegos de pelota de mampostería. Al parecer, la construcción de canchas creció especialmente cuando disminuyeron el poder y el control de Monte Albán sobre los Valles Centrales; se sabe de nuevas canchas en numerosos sitios durante el Clásico Medio y el Tardío. Aunque con cierta disminución, en el Posclásico continuó la construcción de canchas.

Se han documentado 38 canchas en la Mixteca alta, lo cual refleja la importancia del juego de pelota en esa región. No tenemos una fecha exacta para la primera cancha de mampostería en la región, y las evidencias disponibles indican que de las canchas conocidas la mayoría corresponde al Clásico. Además, las canchas del Clásico se reutilizaron en el Posclásico como marcadores de las fronteras entre señoríos mixtecos. Se encontraron muchos símbolos e iconos de las canchas en la Mixteca en grabados en huesos y piedra, así como en los códices. La imagen del juego de pelota aparece en los códices como lugar de sucesos políticos, históricos o rituales, o como parte del nombre de asentamientos importantes (Taladoire, 2015). Tomando en cuenta su importancia cultural, es muy probable que hubiera más canchas en la Mixteca alta.

 

Las áreas menos investigadas

Por la falta de investigación intensiva en otras regiones de Oaxaca, no sabemos exactamente cuántas canchas existen. Aun las que ya han sido registradas merecen más atención de parte de los arqueólogos. Sólo conocemos actualmente dos canchas documentadas en la Mixteca baja, las cuales se ubican en Cerro de las Minas, cerca del pueblo moderno de Huajuapan de León, y en el Cerro de la Caja, Tequixtepec. Se han localizado algunas canchas en la costa de la Mixteca, especialmente en Tututepec, sitio del Posclásico de los mixtecos, y alrededores. También hay canchas en el istmo, incluyendo una en Guiengola, famosa fortaleza de los zapotecos. Las evidencias existentes nos impulsan a investigar con mayor atención esta región. Así, hay nueve canchas en Tres Picos, sitio del Preclásico Tardío (Winter y Santiago, 2014). La antigüedad del sitio y el número de canchas indican que era otro lugar significativo para el juego de pelota, además de Monte Albán. Tres Picos se corresponde con la tradición mixe-zoque, por el grupo etnolingüístico que dominaba la región. La posición geográfica del istmo, cerca del Soconusco, Chiapas, donde se excavó una de las canchas formales más tempranas en Paso de la Amada, sugiere que la región tuvo un papel importante en el desarrollo del juego de pelota en Oaxaca.

Las evidencias indican que la cultura material del juego en el istmo y la Costa Chica compartía varios elementos con la zona periférica de las Tierras Bajas de la costa, y que probablemente las elites locales participaban de esa cultura. La zona incluye Veracruz, Chiapas y Guatemala. En esta tradición suprarregional, el juego logró el estatus de culto ritual mayor durante el Clásico, y estaba relacionado con la cosmología, la agricultura y el sacrificio. Las representaciones de canchas y del juego de pelota son temas iconográficos y simbólicos mayores en el arte de esa región. Las limitaciones de datos sobre la Mixteca baja impiden adelantar conclusiones concretas sobre el juego de pelota. Sin embargo, es la única área donde se encontró escultura portátil del juego en asociación con una cancha fuera de la costa de Oaxaca.

No sabemos mucho de los juegos de pelota del norte del estado por falta de investigación intensiva en la Mazateca y la Chinantla. Será necesario revisar esas áreas en el futuro, especialmente por su cercanía con Veracruz. En la Cañada de Cuicatlán se documentaron cinco canchas. Tenemos unas pocas evidencias más del juego de pelota en la región mixe, pero todavía nos falta mucho. Se observaron, pero no se registraron, dos canchas en los terrenos de un señor del pueblo de Santo Domingo Narro, en el municipio de San Juan Juquila Mixes. Otros tres juegos de pelota se identificaron en el sitio de Chuxnabán, que abarca desde el Preclásico Tardío hasta el Clásico y el Posclásico (Markens y Winter, 2014; Winter, 2008). Curiosamente, a unos kilómetros de Chuxnabán se encuentra la Cueva del Rey Kong-Oy, donde se encontraron tres modelos tridimensionales de canchas hechas de barro. Junto a una de esas esculturas yace una figura humana esculpida en barro, de tamaño natural, con el atuendo de jugador de pelota y con una pelota en cada mano. Esta figura es conocida como el Rey Kong- Oy, un héroe cultural de los mixes. Las esculturas de la cueva corresponden al Preclásico.

 

Marijke Stoll. Candidata a doctora por la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona. Su tesis doctoral aborda los juegos de pelota documentados por el “Proyecto arqueológico de Nejapa/Tavela” (PANT).

 

Stoll, Marijke, “Los juegos de pelota y las relaciones comunitarias en Oaxaca y la Sierra Sur”, Arqueología Mexicana núm. 146, pp. 58-63.

 

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-el-juego-de-pelota-en-mesoamerica-AM146