Los mosaicos ceremoniales de la Estructura III de Calakmul. Representaciones de la divinidad

Sofía Martínez del Campo Lanz

Desde su concepción de la creación del mundo, los antiguos mayas consideraban al soberano como la manifestación de la divinidad en la Tierra. Esta aseveración sobre su naturaleza superior debía de ser preservada y para ello los dignatarios mostraban su herencia legítima de forma tangible mediante representaciones materiales. Primero, para acceder al trono, durante el resto de su vida para mantener su fortaleza y su posición en el poder, y en el momento de la muerte para convertirse en dioses. Las máscaras ceremoniales con las que serían inhumados eran el instrumento para hacer posible este devenir.

En 1988 se descubrieron en Calakmul, Campeche, tres rostros de mosaico de jade de espléndida manufactura y una vasija tetrápode con la efigie del personaje inhumado en el asa de la tapa, un hallazgo extraordinario durante el Proyecto Arqueológico Calakmul, dirigido en aquel entonces por William J. Folan. Las piezas eran parte de una ofrenda perteneciente al Clásico Temprano, localizada en la tumba 1 de la Estructura III, que contenía además innumerables piezas de las que Sophia Pincemin hizo un minucioso registro (Pincemin, 1994). Los tres mosaicos fueron reconstruidos por primera vez en 1989 y casi dos décadas después han sido nuevamente intervenidos como parte del Proyecto Máscaras Funerarias, de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del inah, para devolverles sus valores originales. La nueva restauración de la máscara funeraria, junto con su tocado, tuvo lugar en 2005, la del cinturón ceremonial concluyó en junio de 2007 y el mosaico de pectoral se encuentra en pleno proceso de restauración.

Durante el montaje de los mosaicos se incorporaron las teselas de jade y las aplicaciones de concha que no fueron utilizadas en las propuestas de 1989, en su primera reconstrucción, y que permanecieron en pequeñas cajas, junto con las de la máscara y el ajuar de la Estructura VII de Calakmul, en la bodega de bienes culturales del Centro inah Campeche hasta 2003 (Martínez del Campo, 2004, p. 10). En octubre de ese año fueron trasladadas a la ciudad de México y a partir de entonces han quedado bajo resguardo del Taller de Restauración del Museo Nacional de Antropología, con la idea de irlas incorporando a sus correspondientes mosaicos. La correcta ubicación de las piezas en la máscara funeraria y en el rostro del cinturón ceremonial ha derivado en un cambio sustancial de su fisonomía. Lo mismo sucederá con el pectoral en unos meses más, cuando su intervención haya concluido. El estudio mineralógico de las tres máscaras fue realizado por Ricardo Sánchez (SLAA/INAH) y Jasinto Robles (Centro INAH Michoacán); la identificación de las conchas, por Adrián Velázquez, Belem Zúñiga (MTM) y Norma Valentín (SLAA/INAH); y el seguimiento antropométrico, por Arturo Romano y Josefina Bautista (DAF/INAH).

La máscara funeraria de la Estructura III de Calakmul es ahora un mosaico con 146 teselas de jade y 49 aplicaciones de concha de tres especies, y se complementa con un tocado con 48 teselas de jade y un par de orejeras de jade, concha y hematita especular. Su fisonomía refleja la de un adulto masculino con deformación tabular oblicua y una aplicación que continúa la línea de la nariz hacia la frente; presenta arcos superciliares altos; párpados anchos y delineados; pómulos sobresalientes; ojos pequeños y oblicuos, constituidos cada uno por tres piezas de conchas de Pinctada mazatlanica; boca abierta y ajaguarada, formada por aplicaciones de Spondylus princeps, y una sola pieza de Pinctada mazatlanica curvada, cortada en forma de ik e incisa al centro, que representa los dientes superiores proyectados hacia adelante; tiene la barbilla pronunciada y una ancha banda de Spondylus calcifer circunda su rostro. Estos mismos rasgos distintivos son los que presenta la efigie del personaje de la vasija tetrápode.

 

Martínez del Campo Lanz, Sofía, “Los mosaicos ceremoniales de la Estructura III de Calakmul. Representaciones de la divinidad”, Arqueología Mexicana núm. 88, pp. 16-18.

 

• Sofía Martínez del Campo Lanz. Licenciada en restauración de bienes muebles por la ENCRYM, INAH. Se ha especializado en la restauración de ajuares y máscaras funerarias de jade y concha. Coordinadora del Proyecto Máscaras Funerarias de la CNME, INAH.

 

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