Los pigmentos mayas

La amplia paleta cromática usada por los pintores de Bonampak es sorprendente; encontramos hasta 28 mezclas de pigmentos que reflejan distintas calidades del mundo natural. Sin embargo, no todos los sitios mayas presentan un mundo del color tan complejo. En 23 sitios del área maya se han encontrado pigmentos que pertenecen a distintas tradiciones de color, para cuya definición los pigmentos clave son el azul y el verde mayas.

El azul. Este color representa uno de los grandes avances tecnológicos de Mesoamérica. Es un complejo orgánico-inorgánico estable y no un mineral natural. Los azules llamados “mayas” se fabrican al fijar el tinte orgánico índigo en los minerales arcillosos paligorskita (también conocida como atapulgita) y saponita, arcillas que solamente se encuentran en la península de Yucatán y Guatemala, de ahí su nombre.

En las pinturas mayas hemos identificado seis tonalidades diferentes de azul maya. Esta observación abre por sí misma una concepción diferente acerca de la plástica maya en el Clásico y del popular pigmento “azul maya”, considerado generalmente un tono único de azul mar Caribe. No obstante, los artistas combinaron diferentes minerales con el pigmento azul maya para lograr tonos diversos. Además, gracias a la investigación de Sonia Ovarlez, hoy sabemos que los azules se oscurecen a medida que se calienta la mezcla de índigo y paligorskita.

En un corte estratigráfico de azul maya tomado del cuarto 1 en Bonampak, la capa de color azul presenta una apariencia de tinte orgánico típica del pigmento azul maya; en su estructura, sin embargo, es posible advertir los pequeños cristales de azurita, mineral que sin duda provenía del Centro de México, identificado mediante defracción de rayos X. La palabra ya’xkab, que contiene la partícula yax- (verde o azul) y significa “cosa clara azul turquesa”, podría ser el nombre de este color. En el fondo del cuarto 1 de Bonampak encontramos ese mismo color. En el cuarto 2 de Bonampak observamos un azul maya oscuro con una capa delgada de rojo hematita en la superficie. Tal combinación hace que el color azul pose alba o del anochecer. La palabra maya eekzamen significa “entre dos luces”, y describe el color azul-morado intenso con que se pintó el fondo de la batalla en Bonampak, la cual, como sabemos por la epigrafía, sucedió al anochecer.

El verde.  Como el azul maya, el verde se fabrica al impregnar la arcilla paligorskita en el colorante índigo y luego este tinte se mezcla con algún colorante amarillo orgánico o mineral. El verde iridiscente del plumaje de quetzal que aparece en Bonampak se produce mediante la superposición de dos estratos transparentes de color; este método de fabricación de tonos secundarios requiere, por fuerza, de un aglutinante orgánico que les permita adherirse. En el tocado de Chaan Muan, señor de Bonampak, se aprecia el tono verde del plumaje de quetzal.

 

Tomado de Diana Magaloni Kerpel, “Los colores de la selva. Procedimientos, materiales y colores en la pintura mural maya”, Arqueología Mexicana núm. 93, pp. 46-50.

 

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