Mujeres y hombres de barro figurillas de Comalcalco

Miriam Judith Gallegos Gómora

Entre las figurillas de Comalcalco -muchas de ellas utilizadas en ritos domésticos y comunitarios- se han identificado varios tipos: las llamadas "señoras de Comalcalco", las piezas huecas que también funcionaban como instrumentos musicales, los personajes sentados en tronos y las representaciones de palanquines con bultos mortuorios de los ancestros.

 

Los mayas dejaron representaciones de sí mismos en esculturas, pinturas y especialmente en figurillas. Estas últimas son pequeñas imágenes hechas en barro cocido, portátiles, ligeras, que tienen en promedio una altura de 20 cm. En el área maya, en los estados de Campeche, Chiapas y Tabasco, se desarrollaron importantes tradiciones cerámicas relacionadas con la elaboración de figurillas que abarcan desde el Preclásico (2000 a.C. -250 d.C.) hasta el momento de la Conquista. Sin embargo, la mayor demanda de este tipo de objetos tuvo lugar durante el Clásico Tardío (600-900 d.C.), cuando las figurillas alcanzan una mayor complejidad y se elaboran moldes para aumentar su producción.

La añeja tradición cerámica de Tabasco incluye desde figurillas, vasijas, ladrillos y tuberías hasta enormes urnas funerarias. En sitios mayas como Trinidad y Tierra Blanca se localizaron figurillas pertenecientes al Preclásico, y en Juárez, al Posclásico (900-1521 d.C.).

Los sitios en los que predominan figurillas del Clásico Tardío son: Bellote, Comalcalco, Frontera, Huimango, Jonuta, Monte Cristo, Tecolpan, Tiradero, Tortuguero y Tupilco. En 1953, el Dr. William Sanders descubrió evidencia arqueológica de que las piezas se fabricaban localmente cuando excavó en el sitio de Tierra Nueva la vivienda de un artesano en la que se encontraron figurillas, silbatos, malacates, moldes y piedras para pulir cerámica. Más recientemente, gracias al Proyecto Arqueológico Comalcalco, a cargo del arqueólogo Ricardo Armijo, se recuperaron en un solo contexto doméstico 480 fragmentos de figurillas, piezas completas y varios moldes.

La presencia de artesanos especializados, el desarrollo de talleres cerámicos y la existencia de estilos regionales se entienden por la abundancia y calidad del barro de las llanuras aluviales de Tabasco, así como por la demanda de piezas utilizadas en ritos domésticos y comunitarios de la población local.

 

Figurillas de Comalcalco

De acuerdo con la clasificación de la arqueóloga Norma Tello, la colección de figurillas de Comalcalco incluye 1 248 representaciones antropomorfas, 173 zoomorfas y 10 moldes. Estas piezas fueron manufacturadas en 16 tipos distintos de barro, en su mayoría iguales a los utilizados en vasijas y ladrillos de Comalcalco y su periferia.

Con excepción de dos objetos asociados a contextos funerarios, el resto de las piezas proceden de excavaciones en rellenos constructivos, en espacios domésticos o de culto y en áreas de desecho. Por lo general, las figurillas se hacían en un molde, aunque el artesano hacía el acabado manualmente, añadiendo tiras de barro para representar los enredos de la cabeza o pequeñas esferas que semejaban las cuentas de jade de los collares. Asimismo, definía rasgos con algún elemento de punta aguda; muchas piezas muestran evidencias de pulimento y pintura. En Comalcalco predomina el rojo en los rostros, el cuello y a veces en la vestimenta; sin embargo, sobre esta última es más común encontrar el azul y, en ocasiones, el amarillo.

Muchas de las piezas son huecas y funcionan también como instrumentos musicales. Las representaciones femeninas suelen ser sonajas, mientras que las masculinas son silbatos o flautas. Es importante resaltar que, hoy en día, entre la población indígena maya yokot'an las flautas de carrizo y una sonaja se usan en un baile tradicional que forma parte de las ceremonias más conservadoras de la comunidad.

En Comalcalco se han identificado varios tipos de figurillas, aunque predomina uno designado por la arqueóloga Tello como "señora de Comalcalco", que representa a una mujer perteneciente a la elite. Las diferentes versiones de esta figura muestran una vestimenta similar que incluye una falda o pik largo que termina en flecos. Encima portan un k'ub o huipil con una banda decorada, el cual aparece arremangado sobre el brazo izquierdo. Complementa el atavío una larga capa y un abanico pequeño, que es sostenido con la mano derecha a la altura del pecho. Todas llevan un corte de cabello escalonado enmarcando su rostro, mientras que en la coronilla ostentan un alto chongo en el que se combinan mechones de cabello e hilos entretejidos con algunas cuentas gruesas.

Estas figurillas proporcionan datos sobre rasgos físicos, vestimenta, actividades y cargos. También arrojan información sobre signos característicos de la comunidad. Un ejemplo de esto es la vestimenta y adornos como los que ahora distinguen a una población indígena de otra. Seguramente, el atavío de la "señora de Comalcalco" corresponde a la vestimenta tradicional tanto del sitio como de la región durante el Clásico Tardío.

Otras figurillas comunes en Comalcalco son las de personajes masculinos que portan complejos tocados. Un ejemplo de éstos es un jugador de pelota ataviado con un yugo en la cintura, rodillera, ex o braguero decorado, así como un vistoso tocado de ave.

Son frecuentes también los personajes sentados en tronos o la representación de palanquines que soportan los bultos mortuorios de los ancestros fundadores del sitio. Se trata de fardos que contenían los huesos de personajes sagrados adornados con máscara, collares, orejeras y tocado. Menos comunes fueron las figuras de enanos, los que portan un sencillo ex, pectoral y un tocado con la efigie de algún animal. También hay figurillas de mujeres "oradoras"; algunas tienen la cabeza plana con un peinado con forma de U invertida, y otras llevan los brazos en alto y portan un pik liso y el torso decorado con un k 'ub. Estas últimas piezas se asocian con una tradición que comenzó en Veracruz y se extendió hasta Yucatán.

 

Miriam Judith Gallegos Gómora. Arqueóloga por la ENAH y candidata a doctora por la UNAM. Jefa de museos, colecciones arqueológicas y biblioteca del Centro INAH Tabasco. Responsable del Proyecto Investigación Etnoarqueológica de la Región Yokot'an.

 

Gallegos Gómora, Miriam Judith, “Mujeres y hombres de barro figurillas de Comalcalco”, Arqueología Mexicana núm. 61, pp. 48-51.

 

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-los-mayas-de-tabasco-AM061