Pájaro Jaguar IV, el Grande (709-768 d.C.). Yaxchilán, Chiapas

Roberto García Moll

La explicación del papel que Pájaro Jaguar IV, sus antecesores y sucesores tuvieron como gobernantes deberá estar unida a la arqueología, pues sólo así se obtendrá una visión real de las diferentes entidades políticas y sus interrelaciones con Yaxchilán, una compleja ciudad y una entidad política, económica y social que dominaba un vasto territorio y mantenía relaciones con otras unidades igualmente complejas.

 

En Yaxchilán, antiguo asentamiento maya del periodo Clásico (250-900 d.C.) en el actual estado de Chiapas, confluyen dos discursos: el arqueológico y el epigráfico, es decir, el basado en las inscripciones labradas en estelas, dinteles, escaleras y altares. Por su naturaleza ambos debieran ser complementarios, pero en ocasiones se ha privilegiado a uno sobre el otro sin observar que tienen esencias y alcances distintos.

La arqueología se sustenta en evidencias recuperadas a partir de un proceso de exploración, documentación y análisis de los materiales cerámicos, líticos y arquitectónicos, principalmente, de los restos óseos que estudia el antropólogo físico y de la interrelación de todos ellos. Es un proceso que requiere el concurso de un número importante de otros especialistas, que el arqueólogo hace confluir para obtener una mejor y más amplia interpretación final de la información.
Por su parte, la epigrafía intenta, hasta el día de hoy, dar una versión de los textos que figuran en algunos de los objetos recuperados durante el proceso arqueológico y principalmente en los monumentos. En el caso de la cultura maya, también intenta interpretar los que parecen ser, más allá de toda duda razonable, números y otros signos asociados con fechas calendáricas de las llamadas cuenta larga y cuenta corta.

Algunos de los relatos epigráficos son de carácter religioso, mas predominan los históricos, caracterizados por la presencia de glifos asociados a personajes y sus hechos: nacimiento, muerte, ascensión al trono, guerra, conquista, matrimonio y otros. Tal interpretación se basa en el análisis que Tatiana Proskouriakoff hizo en Piedras Negras (1960), sitio ubicado también a la orilla del Usumacinta, y poco tiempo después de las inscripciones de Yaxchilán (García Moll y Juárez Cossío, 1986). Antecedieron a esa explicación la del glifo emblema propuesta por Henrich Berlin en 1958 y posteriormente, en 1976, la de Joyce Marcus, que asoció dichos glifos con territorios específicos y dio origen al concepto de las ciudades-Estado que en 1997 Peter Mathews llamaría entidades políticas (García Moll, 2003, p. 333).

La asignación de valores lingüísticos a los diferentes componentes de los glifos propone una nueva apreciación de la lectura epigráfica. Es un campo relativamente reciente en el que se encuentran empeñados muchos especialistas.

 

García Moll, Roberto, “Pájaro Jaguar IV, el Grande (709-768 d.C.). Yaxchilán, Chiapas”, Arqueología Mexicana núm. 110, pp. 62-67.

 

Roberto García Moll. Arqueólogo. Investigador de la Dirección de Investigación y Conservación del Patrimonio Arqueológico, INAH. Miembro del Comité Científico-Editorial de esta revista.

 

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