En las ruinas del recinto sagrado de Tenochtitlan han sido exhumadas diversas esculturas identificadas como dioses del pulque. Una de ellas apareció empotrada en el muro oeste del Templo de Tezcatlipoca, en el Antiguo Palacio del Arzobispado de la ciudad de México, lo que confirma el vínculo existente entre estas deidades y el “señor del espejo humeante”.
La cabeza formaba parte de una efigie mayor, quizás de cuerpo entero, pero al estar empotrada es imposible distinguir rasgos como el cabello o elementos decorativos. En la parte visible se ven, entre otros elementos, una banda compuesta por una cuerda y cinco chalchihuites; el cabello está formado por gruesas líneas que nacen sobre los ojos y se prolongan por encima de la cuerda.
Se ha identificado a la cabeza empotrada en la fachada oeste del Templo de Tezcatlipoca como uno de los dioses del pulque porque tiene, entre otros elementos, nariguera lunar o yacametztli, símbolo de lo nocturno y lo femenino en el cosmos mexica. La forma de la nariguera representa al astro lunar visto en sección, como una vasija que podía contener agua, pulque, un conejo o un cuchillo de sacrificio.
Tomado de Diego Matadamas, Mirsa Islas Orozco, Martha Soto Velázquez, “La escultura del dios del pulque del Antiguo Palacio del Arzobispado de la Ciudad de méxico”, Arqueología Mexicana núm. 137, pp. 76 - 80.