Un katún de investigación en Caracol, Belice

Arlen F. Chase, Diane Z. Chase

Caracol, en Belice, fue uno de los sitios más grandes de las Tierras Bajas mayas del sur en el Clásico Tardío (550-900 d.C.). Su población aprovechó sus victorias militares y compartió una identidad que implicaba el uso de rituales y objetos similares por parte de los grupos residenciales. Ahora el sitio es un importante destino turístico.

 

Un katún -20 años en la cuenta  calendárica maya- de investigaciones arqueológicas ha permitido una visión detallada de Caracol, Belice, comunidad del Clásico Tardío. Caracol alcanzó su apogeo en 650 d.C. para entonces había derrotado militarmente a dos sitios de Guatemala, Tikal y Naranjo, y alcanzado la supremacía política en las Tierra Bajas del sur.


En la ciudad se construyeron calzadas que partían del epicentro, donde
se concentraba la arquitectura se integraban campos de cultivo, áreas residenciales, aguadas y complejos arquitectónicos periféricos que funcionaron como mercados. Su población, de más de 115 000 habitantes relativamente prósperos, se integraba mediante los 5 rituales y se dividía en diferentes estratos, cada uno con una dieta distinta, lo cual puede reconstruirse por el análisis de isótopos estables.

Caracol fue fundado alrededor de 500 d .C. en la selva de la Planicie Vaca de Belice, aproximadamente a 600 msnm. En 100 d.C. había varias concentraciones arquitectónicas dispersas en el sitio. Para 630 d.C. estos complejos formaban ya un sistema urbano único, controlado por una rígida dinastía real. Se cree que esta dinastía fue sustituida por burócratas después de 680 d.C. Los retratos de la iconografía en los monumentos de piedra del sitio muestran que después de 790 d.C. hubo un retorno de la autoridad dinástica, que terminó cuando el epicentro del sitio fue incendiado - tal vez luego de un acto bélico- alrededor de 895 d.C. Los pobladores regresaron esporádicamente a los conjuntos centrales durante casi 150 años. Posteriormente, Caracol fue abandonado hasta que aparecieron pobladores recientes, arqueólogos o turistas.

 

Los mapas

Tal y como fue originalmente documentado, Caracol fue un sitio compuesto por 78 estructuras, las cuales estaban asociadas a la mayoría de los monumentos labrados de Belice. Poco después de iniciarse el Proyecto Arqueológico de Caracol, en 1983, se realizaron dos importantes descubrimientos. El primero fue que los límites del epicentro formal del sitio -el área de la que se elaboró un mapa a principios de la década de 1950- estaban constituidos por el lomerío, al este, y por murallas, al oeste. El segundo descubrimiento fueron las múltiples calzadas que llevaban del centro del sitio al área circundante, hasta llegar a monumentos arquitectónicos y plazas situados a más de tres kilómetros de distancia. Los mapas mostraron que esas concentraciones arquitectónicas fueron de hecho parte del entorno urbano de Caracol.

En los mapas de la parte este de Caracol se ven tres terminales, que forman un anillo, todas conectadas al epicentro del sitio, a una distancia de tres kilómetros y medio. Las tres muestran características similares: cada una compuesta por una gran plaza rodeada de edificios especiales, bajos, sin bóvedas, al final de las calzadas. Calzadas secundarias o vías más cortas unían a uno o más grupos residenciales de alta jerarquía con cada una de estas plazas abiertas. En las excavaciones en los edificios especiales que rodean estas plazas terminales no se encontraron depósitos ni basureros asociados. En cambio, en los grupos residenciales de alto rango asociados a las terminales de las calzadas se encontraron tumbas. El análisis de isótopos estables muestra que los individuos de estas tumbas consumían mayores cantidades de maíz que quienes habitaron los palacios del epicentro.

Gracias a los mapas se descubrieron otros patrones de asentamiento en el sitio de Caracol. Los grupos residenciales se distribuían de manera uniforme y a su vez estaban rodeados por densos sistemas de terrazas agrícolas. A diferencia de otros sitios mayas como Copán y Tikal, las unidades residenciales no se agrupan en conjuntos compactos. Todo crecimiento o escisión de los grupos residenciales provocó un nuevo asentamiento residencial , situado a cierta distancia del grupo inicial.

El análisis de isótopos estables de individuos de grupos adyacentes muestra diferencias de dieta entre vecinos, lo cual apoya la idea de que los vecinos más próximos no estaban emparentados.

Más adelante, el mapa sobre una zona de 23 km2 reveló más calzadas y un segundo círculo de concentración de edificaciones situadas a cinco y ocho kilómetros del epicentro de Caracol. Éstas correspondían a sitios que ya existían y que fueron absorbidos por el crecimiento urbano de Caracol. Casi todas estas terminales muestran plazas del mismo tipo que las del primer círculo. Pero en el segundo círculo la plaza abierta rodeada de edificios bajos es evidentemente un agregado a las construcciones anteriores. La existencia de estas plazas con funciones especiales indica la plena integración de los núcleos distantes a la comunidad de Caracol en el Clásico Tardío.

 

Arlen F. Chase. Doctor por la Universidad de Pennsylvania. Profesor de antropología y director interino de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida Central, en Orlando. Se especializa en cerámica y patrones de asentamiento.

Diane Z. Chase. Doctora por la Universidad de Pennsylvania. Profesora de antropología y vicepresidenta asistente interina de Programas Interdisciplinarios de la Universidad ele Florida Central. Se especializa en osteología y análisis mortuorio.

 

Chase, Arlen F., Diane Z. Chase, “Un katún de investigación en Caracol, Belice”, Arqueología Mexicana 66, pp. 44-51.

 

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