Cerámica huasteca

El extremo norte de la franja costera del Golfo de México alberga tierras bajas y cálidas, donde para subsistir se practicaba el cultivo de temporal en zonas quemadas, la recolección, la crianza de algunas aves, la caza y la pesca. No es de extrañar que los objetos de uso cotidiano, como la cerámica, evocaran en su forma y decorado a las especies comunes.

La cerámica huasteca localizada en Veracruz está hecha generalmente de pasta clara, con dibujos en tonalidades ocres o con trazos negros sobre blanco. Abundan las jarras que semejan calabazos, a veces con asa y una vertedera alargada, y los cántaros en forma de tejón o de gallináceas. Pero también se encuentran recipientes y vasijas trípodes con motivos geométricos. Los estilos cerámicos que se consolidaron en el Posclásico son uno de los sellos distintivos de la Huasteca. Algunos vestigios con esas características localizados en Teotihuacan o en Tula indican el alcance de los comerciantes huastecos. Asimismo, la artesanía actual de la Huasteca retoma y perpetúa muchos de los diseños de antaño.

Tomado de Maliyel Beverido Duhalt, “Cerámica huasteca”, Arqueología Mexicana, edición especial 22, Museo de Antropología de Xalapa, p. 76.