El camino real Campeche-Mérida

Antonio Benavides Castillo

La comunicación entre Campeche y Mérida a inicios del virreinato fue un asunto de difícil solución debido a la lejanía y a múltiples parajes lodosos o complicados, en especial en tiempos de lluvia. Debían recorrerse 32 leguas largas, o bien 47 leguas cortas, es decir, en promedio 190 km.

Si bien existían caminos y veredas usados por las sociedades prehispánicas de la región, hubo que enlazar los dos nuevos asentamientos que fincaron la conquista y colonización peninsular.

Las fuentes históricas

Aparentemente, el camino real fue construido por instrucción de la corona española, bajo el mandato de Felipe II, quien reinó entre 1556 y 1598. En las ordenanzas de Tomás López, fechadas en 1552, en Mérida, se indicaba:

Por ser necesario para la policía, el trato, comunicación, conversación y comercio de algunos pueblos con otros, y especialmente de las personas buenas y de buen ejemplo, lo cual no podía hacerse sin dar entrada a los pueblos, mandó que se abriesen caminos anchos y capaces, que se hiciesen calzadas y reparos donde fuese necesario, para que con comodidades se fuese de unas partes a otras, porque estaban muy cerrados de arboledas, y encargó a las justicias de los pueblos los reparasen con cuidado cada año.

En las Relaciones histórico-geográficas, de 1579, elaboradas como un cuestionario para las autoridades de cada pueblo, se buscaba conocer mejor las tierras conquistadas, con un fin administrativo, además de mayor conocimiento de las provincias. Dos preguntas tocan el tema de las comunicaciones:

7. Las leguas que cada ciudad o pueblo de españoles estuviere de la ciudad donde residiere la Audiencia, en cuyo distrito cayere, o del pueblo donde residiere el Gobernador a quien estuviere sujeta, y a qué parte de las dichas ciudades o pueblos estuviere.

8. Asimismo, las leguas que distare cada ciudad o pueblo de españoles de los otros con quien partiere términos, declarando a qué parte cae de ellos, y si las leguas son grandes o pequeñas, y por tierra llana o doblada, y si por caminos derechos o torcidos, buenos o malos de caminar.

Imagen: Puente de Hampolol, Campeche. Foto: Antonio Benavides Castillo.

Antonio Benavides Castillo. Doctor en estudios mesoamericanos (UNAM). Arqueólogo del Centro INAH Campeche.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Benavides Castillo, Antonio, “El camino real Campeche-Mérida”, Arqueología Mexicana, núm. 174, pp. 84-89.