La construcción del templo de Quechula

Carlos Navarrete Cáceres

Quechula, Chiapas, un templo del siglo XVI que se niega a morir

No podemos dejar de lado como posible autor a otro arquitecto, el padre Alonso de Villalva, quien, según Antonio de Remesal (1932), en esos años se daba “mucha priesa” en proseguir y acabar iglesias en tierras zoques. Por fray Tomás Torres sabemos que en 1595 en Quechula asistían dos curas, uno “de fijo” y otro ambulando “por la dicha sierra y bajando el río y subiéndolo”. De la iglesia de entonces no dice nada.

La primer mención es de principios del siglo XVII: “La iglesia es de buena hechura atendida por dominicos que administran en los anexos que le dependen”. Se habla en plural al referirse al personal que atendía la marcha de la fe desde instalaciones suficientes, cuyas dimensiones y fina arquitectura testimonian la confianza que había en el futuro del pueblo.

El optimismo abarcó otros asentamientos del Grijalva medio, y se plantaron iglesias de larga construcción para finalmente abandonarlas: la de Osumacinta, por ejemplo, de buena fábrica y fina decoración; o río abajo, en Sayula y Playa Larga, donde se conservan los muros de mampostería. Estas iglesias marcan los límites noroccidentales de las comunidades zoques durante la evangelización.

En lo tocante a la consolidación evangélica, aun en momentos óptimos hubo escasez de religiosos que atendieran la creciente demanda de la población conversa. En 1615, Tecpatán contaba con nueve sacerdotes para administrar los 23 pueblos de su doctrina, y en 1650 informó necesitar en Quechula de un cura permanente y dos asistentes. En 1680 carecía de doctrinero y quizá les iba mejor sin él, de ser cierto el escrito de un visitador que recorrió Chiapas detallando las leoninas cargas en productos y trabajo que los curas imponían a su feligresía.

Imagen: Planta del templo colonial de Quechula, Chiapas, en 1966. Levantamiento y dibujo: Eduardo Martínez. Pasillo frontal de la espadaña para el servicio de campanas del templo de Quechula en 1966. Foto: Carlos Navarrete.

Carlos Navarrete Cáceres. Doctorado Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala y por la UNICACH, Chiapas. Coordina los proyectos: “Cristos negros mesoamericanos. Esquipulas: origen, difusión y culto popular” y “Rutas de comunicación prehispánicas en las Tierras Altas mayas”. Investigador en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Navarrete Cáceres, Carlos, “Quechula, Chiapas, un templo del siglo XVI que se niega a morir”, Arqueología Mexicana, núm. 182, pp. 16-23.