Malinalco en la época prehispánica

Beatriz Zúñiga Bárcenas

Malinalco tiene una historia que se remonta a más de dos mil años. A partir de la formación de pequeñas aldeas, pasó por diferentes etapas antes de convertirse en el lugar donde se construyó un importante centro militar y ceremonial mexica para la formación de guerreros de elite: águila y jaguar. La construcción del conjunto ceremonial, ordenada por Ahuítzotl, el octavo tlatoani mexica, coincide con la etapa de máxima expansión imperialista de la Triple Alianza y con la creciente importancia de las órdenes militares.

 

Primeras aldeas

Malinalco tiene una historia que se remonta a más de dos mil años. Sus condiciones favorables para la vida permitieron la fundación de asentamientos humanos en las faldas de los cerros e incluso en las cimas. En el Clásico (200-900 d.C.) se mantuvo el modo de vida aldeano basado en la agricultura, la recolección y la caza, pero hubo la incorporación de objetos elaborados y copiados de estilo teotihuacano.

En el Posclásico (900-1200 d.C.), después del abandono de las grandes ciudades como Teotihuacán y más tarde Tula, las poblaciones se dispersaron por el territorio del Centro de México; paralelamente sobrevino una ola de migraciones de grupos chichimecas, entre ellos los matlatzincas, que se asentaron en un territorio que abarcaba desde el valle de Toluca hasta el norte del actual estado de Guerrero. Malinalco funcionó como señorío independiente en la región conocida como Matlatzinco.

El mito de origen

En los mitos de origen se mezclan hechos históricos con sucesos imaginarios que permiten explicar, enaltecer o legitimar acontecimientos, circunstancias o parentescos. En el caso de Malinalco, el mito relata la peregrinación de ocho tribus salidas de Aztlán, entre ellas la de los mexicas dirigidos por Huitzilopochtli, mientras que su hermana Malinalxóchitl iba a la cabeza de los malinalcas.

En la historia se narran las dificultades que sufrieron durante el viaje y, al no haber otra explicación, se acusó a Malinalxóchitl de hechicera y de ser la causante de las calamidades. En consecuencia, fue abandonada y junto con su grupo tomó un rumbo que los llevó a Texcaltepec, donde la población de filiación matlatzinca que ahí habitaba les permitió asentarse definitivamente.

Desde entonces, este pueblo tomó el nombre de Malinalco. Lo importante en la narrativa de los acontecimientos de la peregrinación es que queda de manifiesto el origen común y el lazo de parentesco entre mexicas y malinalcas.

Imagen: Fachada del templo monolítico de Cuauhtinchan, Malinalco. Foto: Clara Chávez / Visionesxcitlalli.

Beatriz Zúñiga Bárcenas. Arqueóloga por la ENAH. Maestra en diseño para la rehabilitación, recuperación y conservación del patrimonio construido de la UAM-a. Investigadora del Centro INAH Estado de México.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Zúñiga Bárcenas, Beatriz, “Malinalco en la época prehispánica”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 38-43.