Mitos mayas del origen del cosmos

Mercedes De la Garza

El mito cosmogónico de los antiguos mayas contenido en los libros indígenas escritos en la época colonial en lenguas mayas
y caracteres latinos -que narra la creación del universo como un proceso cíclico con el hombre como ser central- se plasmó también en textos jeroglíficos del periodo Clásico y en códices del Posclásico.

 

El mito cosmogónico

El origen del cosmos ha sido una interrogante común a todos los hombres. Los pueblos religiosos han explicado el universo como un orden decidido por seres divinos; así surge el mito cosmogónico, como una historia sagrada, como el relato del primer acontecimiento que tuvo lugar en un "tiempo estático" primordial, cuyos principales protagonistas son los seres sagrados. Esta narración, sea oral o escrita, no se da en un lenguaje común, conceptual, sino en un lenguaje simbólico porque expresa una vivencia esencialmente emocional y valorativa del mundo, que sólo posible comunicar a través de imágenes simbólicas.

El mito cosmogónico no sólo explica cómo se inició todo, sino también por qué el hombre y los demás seres son como son y por qué siguen un determinado comportamiento. Esa narración no es para los creyentes una ficción, sino una historia verdadera, que al mismo tiempo construye, al lado de todos los demás mitos de cada comunidad, su guía, su tradición, la pauta de su comportamiento en el mundo. Así, el mito cosmogónico es también una historia viva, siempre actual (De la Garza, 1987).

 

El tiempo y el origen en el pensamiento religioso maya

Los distinguieron por una excepcional conciencia de la temporalidad, lo cual fue el eje de su cosmogonía y de su cosmología. Espacio y tiempo no fueron para ellos dos conceptos distintos, ya que concibieron el tiempo como el eterno dinamismo del espacio. Su idea del tiempo deriva del movimiento del Sol, pensado como un tránsito circular alrededor de la Tierra, que determina los ciclos de la naturaleza; es por ello que el tiempo es un trascurrir cíclico en donde todos los cambios, incluidos los del hombre, siguen esa ley estable del movimiento del gran astro.

Para acercarnos a las ideas de los antiguos mayas acerca del origen del cosmos, considero que se debe empezar por atender lo que ellos mismos plasmaron en los textos que podemos literalmente leer: los escritos en la época colonial con caracteres latinos, que recogieron esos fundamentales de los antiguos códices y al tiempo que eran destruidos por los frailes españoles. A partir de ahí es posible buscar en las creaciones y textos prehispánicos manifestaciones que coincidan con el concepto cosmogónico recogido en los libros indígenas coloniales. De aquellos libros, los que contienen el antiguo mito cosmogónico maya son el Popol Vuh de los quichés, el Memorial de Sololá de los cakchiqueles y los Libros de Chilam Balam de los mayas yucatecos.

La cosmogonía maya contenida en dichos textos habla de una sucesión de ciclos o eras cósmicas determinados por las deidades creadoras, según el orden de la temporalidad cíclica. En este proceso aparecen progresivamente los elementos, los animales, las plantas y los astros, mientras que el hombre, como parte central del proceso, sufre una evolución cualitativa que lo lleva a constituirse en el ser que los dioses necesitan para subsistir. Los mitos mayas sobre el origen son complejos y ricos en detalles.

 

Mercedes De la Garza. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores. Investigadora y directora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Ha escrito numerosos artículos y 13 libros.

 

De la Garza, Mercedes, “Mitos mayas del origen del cosmos”, Arqueología Mexicana núm. 56, pp. 36-41.

 

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