Cuicuilco. “Lugar donde se hacen cantos y danzas”

Nadia Aroche Fuentes

El siguiente texto ofrece una idea general de los aspectos más importantes de la zona arqueológica de Cuicuilco y las áreas de interés cercanas, así como un recuento de los hechos históricos que ahí ocurrieron.

 

El sitio arqueológico se encuentra al suroeste de la Ciudad de México y es su antecedente directo, ya que fue uno de los principales asentamientos humanos, desde el Preclásico (900 a.C.-250 d.C.), de la zona conocida como Cuenca de México. Su extensión compren de las áreas Cuicuilco A, B, C y Peña Pobre, así como el llamado Canal Preclásico, la Pirámide de Tenantongo y las Fuentes Brotantes.

La importancia histórica de Cuicuilco se ha puesto de manifiesto en los estudios científicos que comenzaron en 1853 con la Misión Científica Francesa, cuando se intentaba por primera vez dilucidar las culturas “arcaicas”, así como la índole de sus creadores. Varios investigadores se ocuparon de las primeras excavaciones, y entre sus hallazgos se destacaron restos humanos y artefactos que permitieron establecer una vaga relación y sucesión de hechos de los antiguos pobladores y su ubicación temporal.

 

El medio geográfico

El medio geográfico se distinguía por varios ríos que nacían en las faldas del Ajusco y ojos de agua como el Zapote, que hicieron que floreciera un entorno descrito como “un paisaje de barrancas, lomas y terrazas, ríos, arroyos, lagunas y bosques de encinos y pinos, entre otros recursos de las sierras susceptibles de explotarse por sus pobladores”.

El desarrollo de la población lo evidencian desde una etapa temprana las plataformas habitacionales, plazas, basamentos con varias etapas constructivas de dimensiones monumentales, altares, vasijas cerámicas, ofrendas troncocónicas, restos humanos con deformación craneana y macrorrestos de recursos alimenticios como tomate, epazote, huauzontle, verdolaga, venado, guajolote y perro, así como las representaciones del dios Huéhuetl, o bien las figurillas en arcilla de maíz. Lo anterior da cuenta de la compleja y den- sa población que habitó el lugar por alrededor de 1 150 años.

Luego de la erupción del Xitle en 250 d.C., se abandonó el lugar y comenzó un proceso de transformación del ecosistema, ya que la ceniza y el derrame de lava se extendió hasta Coyoacán e incluso cambió el curso de los ríos, y fue hasta la etapa colonial cuando de nuevo se tiene noción del establecimiento de villas de población novohispana y el remanente de grupos indígenas, lo que permite inferir la variedad y riqueza de recursos.

 

Nadia Aroche Fuentes. Arqueóloga por la ENAH. Colabora en el Proyecto Arqueológico Cuicuilco de la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.

 

Aroche Fuentes, Nadia, “Cuicuilco. ‘Lugar donde se hacen cantos y danzas’”, Arqueología Mexicana núm. 151, pp. 60-65.

 

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