Nuevo acceso a la zona arqueológica del Templo Mayor

Raúl Barrera Rodríguez

La zona arqueológica y el museo de sitio del Templo Mayor son de los más visitados por turistas nacionales y extranjeros. Con la finalidad de mejorar el servicio al público, durante la gestión del entonces director del INAH, Alfonso de Maria y Campos, se planteó la necesidad de construir un nuevo vestíbulo de acceso subterráneo que estuviera a la altura del principal templo de Tenochtitlan.

Esta obra, que se propuso llevarse a cabo en la denominada Plaza Manuel Gamio, fue el detonante para que las autoridades del INAH solicitaran al Programa de Arqueología Urbana (PAU), a cargo de quien esto escribe, la presentación del proyecto denominado “Programa de investigación arqueológica frente principal del Templo Mayor de Tenochtitlan (Plaza Manuel Gamio)”,mismo que fue aprobado por el Consejo de Arqueología con fecha 7 de mayo del 2009.

Una vez que se contó con las autorizaciones correspondientes, las actividades del proyecto iniciaron el 6 de julio de 2009 y concluyeron el 30 de junio de 2010. Después de esta fecha, las labores del PAU continuaron de manera ininterrumpida acompañando los trabajos de obra ejecutados por la contratista TGC Ingeniería, bajo la supervisión de la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos del INAH. El área explorada es de forma rectangular y tiene orientación nortesur, 50 m de longitud por 24 m de ancho y una profundidad variable de excavación que oscila entre los 5 y 7 m. Durante los trabajos de excavación se retiraron alrededor de 5 926.94 metros cúbicos de escombro. Hay que agregar que fue necesario modificar el proyecto estructural al menos en ocho ocasiones, con el propósito de proteger los vestigios arqueológicos detectados.

En resumen, las excavaciones permitieron identificar vestigios de la época contemporánea así como del Seminario Conciliar de México (cuya construcción inició en 1688 y su demolición se efectuó en 1933), además de casas coloniales del siglo XVI y XVII. Sin embargo, las evidencias mejor conservadas son las que corresponden a la ocupación mexica, que se concentran hacia el extremo norte del área.

A pesar de que estos vestigios fueron objeto de una intensa destrucción en los inicios del periodo virreinal temprano, aún fue posible identificar evidencias de pisos de la plaza frontal correspondientes a las etapas constructivas IV, V, VI y VII (1440-1519 d.C.), del Templo Mayor. Entre los vestigios que los visitantes podrán conocer en el nuevo vestíbulo de acceso a la zona arqueológica se encuentran: restos del piso de andesita correspondiente a la etapa VI (1486-1502), construido durante el gobierno de Ahuítzol; una sección del Cuauhxicalco (vasija o recipiente de águila), ubicado al pie del Templo Mayor y alineado con la capilla de Huitzilopochtli; una sección de un piso de sillares con bajorrelieves que hacen alusión a la guerra, el sacrificio y la muerte, y un tronco de árbol sagrado que en su base presenta una estructura circular con recubrimiento de estuco, fechados para la época en que Moctezuma Ilhuicamina gobernó Tenochtitlan (1440 y 1469).

En el recorrido por las nuevas instalaciones, los visitantes también tendrán la oportunidad de apreciar dos vitrinas con piezas arqueológicas; una dedicada a la dualidad que se representa en el Templo Mayor: Tláloc y Huitzilopochtli, y la otra dedicada al PAU, que contiene una muestra de ofrendas, esculturas de piedra, cerámica azteca, lítica y cerámica del periodo virreinal, resultado de las excavaciones realizadas. Asimismo, una maqueta y un video del Templo Mayor acompañan el espacio museográfico. En la parte superior externa del vestíbulo, la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH colocó tres maquetas: una dedicada a la fisiografía, que incluye los lagos de la Cuenca de México y los asentamientos humanos del siglo XVI; otra representa la ciudad de Tenochtitlan y la de Tlatelolco con sus espacios sagrados, barrios, chinampas y calzadas (esta maqueta es la misma que hace años se encontraba algunos metros al sur, en la Plaza Seminario), y, finalmente, la última maqueta trata de una actualización del recinto sagrado de Tenochtitlan, a la luz de los nuevos hallazgos del PAU.

 

Raúl Barrera Rodríguez, “Nuevo acceso a la zona arqueológica del Templo Mayor”, Arqueología Mexicana núm. 149, pp. 10.

 

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