Teposcolula, Oaxaca

Nelly M. Robles García, Ronald Spores

El sitio arqueológico de PuebloViejo de Teposcolula (Yucundaa) contiene los restos de uno de los más importantes cacicazgos mixtecos del Posclásico. Se localiza 2 km al sureste de San Pedro y San Pablo Teposcolula (a 2200 metros snm), sobre una montaña que se eleva 220 m sobre el fértil valle.

Durante el periodo Posclásico (950-1522 d.C) y el colonial temprano (1522-1600), el sitio abarcó cerca de 290 ha, entre 1000 y 1550 d.C., cuando la ciudad fue trasladada al noroeste, valle abajo, debido seguramente a las epidemias que asolaron a la población indígena.

A pesar de ser un sitio de tanta importancia, el trabajo de fray Francisco de Burgoa, escrito alrededor de 1630, no proporciona datos importantes sobre el sitio o sus habitantes, su reagrupación u otra información útil sobre la ciudad. Aunque en el Códice Mendocinoaparecen los topónimos de Teposcolula y una lista del tributo que se entregaba a los aztecas, no se incluye mayor información.
Como resultado de la exploración arqueológica del sitio, que comenzó a partir de 2004, se estableció que la zona ceremonial se encuentra en la parte superior del cerro y que en las terrazas de las laderas había unidades habitacionales y campos de cultivo. Entre las construcciones importantes se encuentran: el 

Juego de Pelota; la Gran Plaza, recinto cívico-ceremonial localizado en la cumbre de Yucundaa; un gran complejo residencial, probablemente de la clase gobernante, yya tnuhu, en medio de la zona central, que contiene construcciones del Posclásico y coloniales tempranas; un área residencial de alto estatus, probablemente de los nobles, tay toho, en una plataforma elevada que se extiende unos 200 m norte-sur y mide 20 metros este-oeste; terrazas residenciales de la clase común, tay ñuutay yuca o tay situndayu, en las laderas medias orientales del sitio; un complejo residencial de la elite, asociado a un área cívico-ceremonial al oeste; un sistema de terrazas agrícolas (lama-bordo o coo-yuu), en el sur del sitio; la Iglesia Vieja y el convento dominico, complejo construido hacia 1530 y 1550; la Gran Calzada de las Cuevas, que delimita la zona monumental.

Es decir, se trata de un sitio del Posclásico que sobrevivió con modificaciones hasta la época colonial temprana, cuyas evidencias arqueológicas demuestran que formó parte de una pequeña elite de pueblos que ejercían un poder total sobre las poblaciones circundantes o “sujetos”, formando verdaderos cacicazgos. La base de la economía del sitio eran el tributo, el comercio, el cultivo del maíz y otros cultivos temporales de tierras altas.

 

Robles García, Nelly M., y  Ronald Spores, “Teposcolula, Oaxaca”, Arqueología Mexicana núm. 90, pp. 42-43.

 

 Nelly M. Robles García. Arqueóloga. Investigadora del INAH y miembro del SNI. Autora de diversas obras sobre la arqueología de Oaxaca y su conservación patrimonial.

• Ronald Spores. Etnohistoriador y arqueólogo. Doctor en antropología por la Universidad de Harvard. Profesor emérito en antropología de la Universidad de Vanderbilt. Codirector (con Nelly M. Robles) del proyecto arqueológico Yucundaa Pueblo Viejo Teposcolula, Oaxaca (2004 hasta la fecha). Autor y editor de varios libros y artículos sobre la cultura mixteca.

 

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