Tezozómoc y Tenochtitlan

Carlos Santamarina

Tezozómoc de Azcapotzalco fue el artífice del imperio tepaneca (1375-1428). Fue bajo su dirección que Tenochtitlan se fundó y creció como pueblo vasallo de los tepanecas. Chimalpopoca, tercer señor de Tenochtitlan, era nieto de Tezozómoc y por lo tanto integrante del imperio tepaneca, por lo que sería la primera víctima de la rebelión que daría el poder a México-Tenochtitlan.

 

El altépetl tepaneca de Azcapotzalco fue capital de un imperio hegemónico que se desarrolló aproximadamente entre 1370 y 1428. Este reino tepaneca llegó a unificar políticamente a las poblaciones de la cuenca lacustre, e incluso algunos otros territorios más distantes. Durante prácticamente todo ese periodo de ascenso y crecimiento tepaneca, Azcapotzalco estuvo gobernado por Tezozómoc, verdadero artífice de aquel imperio. Tras su muerte, sus dominios se vieron sacudidos por un conflicto interno –conocido como la Guerra Tepaneca (1428-1430)– que otorgaría el poder a Tenochtitlan y sus aliados. El imperio sería refundado y pasaría a constituir el imperio mexica, que ampliaría sus dominios hasta límites nunca alcanzados en la historia mesoamericana. En una carta escrita en latín al rey de España en 1561 por nobles indígenas de Azcapotzalco, se describe a Tezozómoc como antiguo “señor de nuestro pueblo […] muy rico y generoso, pero sobre todo muy longevo”, el cual “puso a sus hijos, que los tuvo numerosos, como señores de las colonias por él fundadas”. En efecto, una amplia red dinástica con centro en Azcapotzalco daba estructura al imperio tepaneca. Los señores de los centros subordinados más importantes estaban emparentados con el linaje de Tezozómoc. En Coyoacan, Tlacopan, Tlatelolco, Acolman y Toltitlan, entre otros, gobernaban directamente hijos de Tezozómoc; en otros altépetl, con un rango algo menor a los anteriores, gobernaban señores locales casados con hijas de Tezozómoc, de modo que la descendencia que podía heredar el gobierno local era tepaneca por línea materna y por línea paterna no dejaba de identificarse con la dinastía local.

Tres acontecimientos históricos marcan la historia de Tenochtitlan en el periodo de hegemonía tepaneca, subrayando la importancia de la relación de los mexica-tenochcas con el poderoso señor de Azcapotzalco.

 

La fundación de Tenochtitlan

Los mitos en que se basaba la historia oficial mexica en torno a los designios de Huitzilopochtli para favorecer a los mexicas como su pueblo elegido, no están sustentados por la historiografía moderna. Actualmente, nuestro conocimiento de aquel periodo nos permite más bien afirmar que el establecimiento de una serie de grupos migrantes en el islote que sería conocido como México, y la posterior conformación en dos diferentes tlatocáyotl –Tenochtitlan y Tlatelolco–, constituye en realidad una acción impulsada por Azcapotzalco como centro hegemónico del área en aquel periodo. Con ello, los tepanecas aumentaban el número de sus vasallos, asentaban su presencia estratégica en el área lacustre, en detrimento de Colhuacan y otros centros rivales, y contribuían al desarrollo económico de la zona. El tepanecáyotl crecía y se desarrollaba con la fundación de nuevos altépetl, engrosando el número de tributarios y de integrantes de los ejércitos de Azcapotzalco.

Una vez que Tenochtitlan y Tlatelolco mostraron su capacidad de desenvolverse como altépetl, llegó el momento en que Tezozómoc decidió concederles el permiso para constituirse como tlatocáyotl, con su propio tlatoani al frente. Pero las dos ciudades gemelas mexicas no tuvieron la misma suerte. Tlatelolco fue honrada con un rango superior, pues se le concedió a Cuacuapitzáhuac, hijo del propio Tezozómoc, como tlatoani. Tenochtitlan, por su parte, hubo de contentarse con un gobernante menos cercano al centro del poder hegemónico, y así fue Acamapichtli (1372-1391), al parecer de origen colhua, el fundador de la dinastía tenochca, siempre como vasallo y servidor del emperador tepaneca.

 

Carlos Santamarina Novillo. Doctor en historia de América por la Universidad Complutense de Madrid, donde es profesor asociado en el Departamento de Historia de América II (Antropología de América). Se especializa en antropología política, cultura azteca, tepanecas y mitos de alteridad.

 

Santamarina Novillo, Carlos, “Tezozómoc y Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana núm. 136, pp. 60-64.

 

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