ce mázatl ( 1 venado)

Posición en la secuencia de trecenas: 3.

Patronos: Tepeyolohtli, “corazón de la montaña”: dios de la tierra selvática, representado como jaguar, nahual de Tezcatlipoca. Quetzalcóatl, “serpiente de plumas verdes”: dios creador y benéfico.

 

Los que nacían en el signo de mazatl que quiere decir venado eran hombres de monte inclinados a cosas de monte y de caza leñadores huidores andadores enemigos de su natural amigos de ir a tierras estrañas y habitar en ellas desaficionados de sus padres y madres con facilidad los dejaban.

Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España

 

 

El tercero carácter se llama mázatl, el cual gobernaba por otros trece días. […]

Decían que cualquiera que nacía siendo hijo de principal en el dicho signo, sería también noble y principal y tendría qué comer y beber, y con qué dar vestidos a otros, y otras joyas y atavíos. Y si nacía un hijo de hombre de baxa suerte en aquel día, decían que sería bien afortunado y que merecería ser hombre de guerra y sobrepojaría a todos los de su manera, y sería hombre de mucha gravedad y no cobarde ni pusilánime. Y si nacía hembra en aquel día, siendo hija de noble o de hombre de baxa suerte, lo mesmo merecía ser bien afortunada, varonil y animosa, y no daría pesadumbre a sus padres. Y más, decían que cualquiera que nacía en este signo ce mázatl era temeroso y de poco ánimo y pusilánime. Cuando oía tronidos y relámpagos o rayos, no los pudía sufrir sin gran miedo y se espantaba. Y alguna vez le acontecía que moría del rayo, aunque no lluviese ni fuese noblado, o cuando se bañaba ahogábase, y le quitaban los ojos y uñas algunos animales del agua, porque decían que nació en tal signo ce mázatl, porque es su natural del ciervo ser temeroso. 

Y el que nacía en este signo era temeroso demasiadamente. Y los padres, como sabían el signo donde había nacido, no tenían cuidado, por tener averiguado que había de para en mal. Y en este dicho signo decían que las diosas que se llamaban cihuateteu descendían a la tierra, y les hacían fiesta y las daban ofrendas, y vestían con papeles a sus estatuas.

Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España