Entre las construcciones edificadas entre el siglo XVIII y principios del XX que aún existen en esta emblemática calle del Centro Histórico de la Ciudad de México, destacan:
Salvador 13. Casa del siglo XIX, con fachada de estilo neoclásico. En este lugar estuvo, hacia 1840, el Teatro de la Unión, conocido como “El Pambazo”.
Salvador 23. Casa del siglo XIX. Aquí murió en 1827 el periodista José Fernández de Lizardi.
Jardín de la Triple Alianza. Este jardín se estableció en conmemoración de la Triple Alianza formada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan. Los tres relieves en bronce de Itzcóatl, Nezahualcóyotl y Tototoquihuatzin son obra del escultor Jesús F. Contreras, elaborados en 1888 para ser expuestos en el pabellón de México de la Exposición Universal de París de 1889. También aquí se encuentra un busto de Filomeno Mata.
Hasta 1900 ésta era una calle cerrada a la altura de Bolívar por el Teatro Principal, inaugurado en 1844. Este recinto fue demolido en 1900 con el propósito de permitir el paso hacia el Teatro Nacional, ahora Palacio de Bellas Artes.
En la esquina de la calle Isabel la Católica con la de 5 de Mayo hay una placa que cuenta que “Esta calle se llamó de las Carreras, por ella huyeron los conquistadores durante el sitio de Tenochtitlan, el 30 de junio de 1521”. Además, hay en ésta diversos sitios de interés, como:
Plazuela de Guardiola. Por mucho tiempo fue uno de los puntos de acceso favoritos a la Ciudad de México; aquí recibió Agustín de Iturbide las llaves de la ciudad en septiembre de 1821.
Fruto del trabajo multidisciplinario en el salvamento arqueológico del proyecto Tren Maya, tramo 2, se descubrió un contexto especial que da indicios de actividad humana desde el Preclásico Medio (700-300 a.C.), en la región norte del estado de Campeche.
Se presenta aquí el registro de los hallazgos de esculturas de tipo Chac Mool en Michoacán y se propone un agrupamiento para su estudio. Como resultado se puede apreciar que si bien existe una diversidad y cada pieza es única, hay fuertes similitudes que hacen pensar en posibles tradiciones, cambios estilísticos temporales o usos distintos.
La calle de Tacuba representa el eje oriente-poniente de los dos ejes a partir de los cuales estaba organizada la ciudad de Tenochtitlan. Corresponde al dique Calzada que iba del Templo Mayor a la población de Tlacopan al poniente y, hacia el oriente, a los límites de un embarcadero que daba al lago de Texcoco. Durante el virreinato fue una importante calle a cuya vera se situaron palacios, conventos y hospitales. En los siglos posteriores mantuvo su relevancia y hoy en día es una de las arterias indispensables para el que visita el centro histórico de la ciudad.
Plaza Manuel Gamio. Era la antigua Plazuela del Seminario en la que, en el siglo xix, se representaban comedias y zarzuelas. Debe su nombre actual a Manuel Gamio, un notable arqueólogo que en las primeras décadas del siglo XX realizó exploraciones en diversos sitios, entre ellos el Templo Mayor de Tenochtitlan.
“Todos tenemos obsesiones. Yo tengo muchas, y entre ellas la de la presencia de un simpático personaje que nos saluda en las noches claras desde la superficie de la Luna. Es un conejo dibujado entre sombras y claros del blanco disco celeste” (López Austin, 2022, p. 769). Como la Luna que persigue al Sol sin alcanzarlo jamás, Alfredo López Austin nunca ha dejado de interrogarse en su amplia obra sobre el papel del cuerpo celeste en la cosmovisión mesoamericana y su asociación con el conejo.