Este artículo analiza el surgimiento y desarrollo de la metalurgia en el Occidente de México. Asimismo, se presentan las distintas etapas de la creación y ruptura de las redes de intercambio que permitieron la llegada de objetos metálicos desde el Occidente de México hasta el actual Suroeste de Estados Unidos.
Si bien los metales han fascinado al hombre desde siempre y han sido de los objetos más trabajados por la arqueología en el mundo, el caso de Mesoamérica es muy distinto. Apenas unos cuantos trabajos han abordado el tema de forma amplia y sistemática. Este breve texto busca dar un panorama general de lo que sabemos actualmente del desarrollo de la metalurgia en el Occidente de México y de la expansión que ésta tuvo en la época prehispánica, en un breve lapso de aproximadamente seiscientos años.
Se han realizado muchos estudios que apuntan a que la metalurgia llegó al territorio mesoamericano de forma muy tardía, desde la costa norte del Pacífico sudamericano Los datos dan cuenta de que ésta dio inicio hace cerca de 3 500 años en el sitio de Putushio, en Ecuador, donde se han encontrado fragmentos de moldes y revestimientos salpicados con pequeñas gotas de oro fundido. En lo que respecta a la aparición de escorias de fundición de cobre, algunos ejemplos tempranos son los reportados en Wankarani, en el Altiplano Boliviano, de entre 3 000 y 2 000 años de antigüedad.
Es importante destacar que es posible hacer el viaje de 3 000 km entre el norte de Sudamérica y el Occidente de México por cabotaje en balsa, en unas seis a ocho semanas. Así, la metalurgia encontró en el Occidente de México una región donde se podía desarrollar, debido a los abundantes yacimientos de cobre de explotación relativamente fácil.
Tomado de José Luis Punzo Díaz, “La metalurgia en el occidente de México a partir de los estudios recientes: ajustes cronológicos y vínculos con el Suroeste de Estados Unidos”, Arqueología Mexicana, núm. 189, pp. 46-51.