Mara Abigail Becerra Amezcua, y sus colegas Hussein Amador Palacios y Areli Recoba Guarneros especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, han constatado que los sucesivos moradores de una casa ubicada en el Barrio San Pedro Tlalnáhuac, en Xochimilco, hicieron escasos cambios a las estructuras que estuvo ocupada desde el periodo Posclásico Temprano (900-1350 d.C.) hasta el siglo XIX.
Los entierros de los moradores de esta casa-habitación demostraron que los sepulcros tienen fechas del Posclásico Tardío, pero también hay del periodo Colonial Temprano, es decir, de las primeras décadas después de consumada la caída de México-Tenochtitlan. Por ser esta una zona retiradas de la capital tenochca, la adopción de las nuevas prácticas funerarias vinculadas a los conquistadores no ocurrió tempranamente, no obstante que Xochimilco cayó en manos de los españoles en la batalla del 15 de abril de 1521.
Otras evidencias arqueológicas indican que los habitantes antiguos controlaron las aguas del lago para aprovecharlas en las áreas chinamperas. También, se registraron muros de contención, rellenos, pequeñas plataformas y levantamiento de pisos, que renivelaron los espacios y los pusieron a salvo de las constantes inundaciones de la zona, resultado de su ubicación a piedemonte y de su cercanía a la ribera del lago de Xochimilco.
Aunque no se ha determinado la extensión total de los conjuntos habitacionales —pues estos se prolongan a los predios contiguos—, el hecho de que varios de los espacios hayan mantenido la misma función hasta el siglo XIX, permitió explorar con libertad lo que fuera el patio, un área abierta de donde se han registrado interesantes hallazgos.
Lo llamativo, señala Hussein Amador, es que los dos entierros del periodo Colonial Temprano fueron depositados de forma extendida, es decir, a la usanza cristiana, pero a la altura de sus hombros se les dispuso la clavícula de otras osamentas que fueron removidas, a modo de ofrenda. Esto, y el que fueran inhumados en su hogar, revela que la transición a la práctica funeraria cristiana fue paulatina, persistiendo ciertas ideas de la cosmovisión mesoamericana.
Con información de la Dirección de Medios de Comunicación del INAH.