En esta región se pueden apreciar una gran variedad de fincas cafetaleras integradas en la llamada Ruta del Café, entre ellas, las fincas Violetas, Santa Rita, Lindavista, Perú-París, San Antonio Chicharras, Rancho Alegre, San Francisco, La Granja y La Lucha.
Las fincas cafetaleras más conocidas son Argovia, Hamburgo e Irlanda. Estas últimas comparten, además del arte de cultivar el café, su origen alemán y su incursión al mundo de la hotelería y el ecoturismo.
Finca Santo Domingo o Casa Grande
Se localiza en la villa del mismo nombre, en el ejido de Unión Juárez, y representa un fiel ejemplo de cómo eran las fincas cafetaleras de principios del siglo XX. La finca Santo Domingo, conocida como la Casa Grande, fue construida en 1920 por el alemán Enrique Braun Hansen.
En la actualidad, la finca funciona como pequeño hotel, restaurante y museo, y aún se le puede apreciar cómo la gran finca cafetalera que fue a principios del siglo pasado, con su camino de palmas reales, las dependencias para los trabajadores y las instalaciones para el proceso de beneficio del café.
Finca Argovia
Con más de 100 años cultivando el café, esta finca que perteneció originalmente a una familia suiza de la región de Argovia y fue vendida posteriormente a la familia alemana Giesemann, ha diversificado sus cultivos para obtener un mejor aprovechamiento de sus tierras.
Desde hace 20 años, dada la competencia cafetalera proveniente de Brasil, Vietnam y África que condujo a la caída de precios del café, la Finca Argovia inició también el cultivo de flores y follajes exóticos de gran colorido y belleza: anturios, heliconias, hawaianas, maracas, aves de paraíso, drácenas, palmas, bambúes. También se cultivan árboles maderables como teca, paraíso, guanacastli, guayabo, chicha, guapinol, cedro y primavera.
Imagen: Playa chiapaneca. Foto: Cortesía del Gobierno de Chiapas.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Arqueología Mexicana, “La Costa”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 102, pp. 80-83.