Costa Chica, en Guerrero, festeja la apertura de su museo comunitario

Entre las altas y verdes montañas que abren paso a la Costa Chica, en Guerrero, se encuentra El Pericón, fundado en 1846 pero que tuvo una amplia ocupación en época prehispánica. Se trata de una población con una gran riqueza cultural que hoy se ve reflejada en la creación de su museo comunitario que lleva el nombre de un ilustre personaje del lugar: Hipólito Mora Aparicio.

 Con la colaboración y asesoría del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y después del Museo Comunitario de Ixtepec, en Acapetlahuaya; El Pericón, municipio de Tecoanapa, es el segundo en abrir durante este año en ese estado. A estos se sumarán en lo que resta de 2017, los museos comunitarios de Tlapa de Comonfort, de San Agustín Coapan (Tepecoacuilco de Trujano), de Azoyú, de Santa María Asunción (Ometepec) y de Tenexatlajco (Chilapa de Álvarez), entre otros.

De contar con ocho museos comunitarios antes de 2017, Guerrero elevará a 16 la cantidad de los mismos al término del presente año. Este tipo iniciativas permiten generar espacios donde se refuerza el tejido social y se fortalecen los vínculos comunitarios.

Como expresó la antropóloga Aída Castilleja González, secretaria técnica del INAH, la apertura del Museo Comunitario de El Pericón demuestra que el trabajo colectivo posibilita la realización de los sueños. En este caso, uno que comenzó con el interés de don Hipólito Mora Aparicio, hombre curioso y sensible, que tras jubilarse en el INAH —donde fue bibliotecario de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía; y custodio del Museo Nacional de Antropología—, regresó a su terruño para revalorar su patrimonio cultural.

En su gran mayoría apoyados por el INAH a través de su delegación en ese estado, dirigida por la antropóloga Blanca Jiménez, los museos comunitarios de Guerrero también son muestra de “que la fuerza de una institución sólo puede prosperar si va acompañada de la sociedad”, dijo Aída Castilleja.

El patrimonio cultural, abundó la secretaria técnica del INAH, es un legado pero también una responsabilidad compartida, sólo así un museo comunitario puede mantenerse como un espacio vivo, de encuentro entre sus habitantes.

En esto coincidió el secretario de Cultura de Guerrero, Rodolfo Mauricio Leyva Castrejón, quien opinó que los referentes sirven para generar una identidad, un orgullo de lo propio, tal y como fue el deseo de don Hipólito Mora, cuyo sueño fue que El Pericón volteara a ver su pasado con admiración.

Bajo las casas de El Pericón, en Tecoanapa —municipio donde confluyen personas de origen nahua, tlapaneco y mixteco—, se encuentran los restos de las áreas habitacionales del antiguo asentamiento prehispánico, por lo que no es raro que al emprender cualquier remodelación de sus viviendas se topen con estos vestigios: moldes cerámicos, figurillas antropomorfas, metates, vasijas, cinceles y manos de morteros, entre otros, que han ido donando a su museo comunitario.

Don Narciso Mora, un hombre mayor, recuerda cuando décadas atrás llegaban comerciantes venidos de Tlapa y Chilapa a vender sus productos a El Pericón, y aprovechaban la ocasión para preguntar si tenían algunas “ollitas viejas”. Al parecer esa práctica de saqueo ha quedado atrás, y la gente de El Pericón valora los materiales prehispánicos que llega a encontrar y prefieren que éstos pasen a formar parte de las colecciones del museo comunitario.

Personal del Museo Histórico de Acapulco, Fuerte de San Diego, apoyó en la museografía del Museo Comunitario Hipólito Mora Aparicio, el cual refleja las investigaciones que han realizado en el lugar los arqueólogos Edgar Pineda Santa Cruz, Alejandra Núñez Mejía y Miguel Pérez Negrete.

Este equipo de profesionales del Centro INAH Guerrero explica que los materiales arqueológicos señalan que El Pericón tuvo ocupación desde el 400 a.C., pero fue en el periodo Clásico, en el siglo V, que creció su densidad poblacional marcada por una influencia teotihuacana. Al igual que varios asentamientos de la Costa Chica de Guerrero, su apogeo se dio en el Epiclásico, y debió convertirse en un centro regional que logró existir durante 500 años hasta su decadencia en el siglo X.

La hipótesis sobre este abandono, que debió darse a inicios del periodo Posclásico —detallan—, es que derivó de una lucha por el territorio entre asentamientos como La Sabana, en Acapulco, con el bloque Ometepec-Azoyú. El enfrentamiento por el control de la Costa Chica ocasionó que se diezmara a los rivales.

Edgar Pineda, Alejandra Núñez y Miguel Pérez Negrete refieren que el Museo Comunitario de El Pericón pretende reflejar que la ocupación prehispánica del sitio se extiende sobre 622 hectáreas, donde están dispersos el centro cívico-ceremonial, la parte habitacional y una serie de petrograbados: Los barrigones, Los mangales, El chango, El caracol, La pocita, por mencionar algunos.

El área monumental se encuentra al este de la población moderna y tiene una poligonal de protección de 41 hectáreas que abarca el sitio arqueológico, ahí se tiene registrado un juego de pelota (del que proceden algunas de las piezas que se exhiben en el museo comunitario), una unidad palaciega, plazas, templos y un conjunto formado por un templo central y una estructura alargada con marcadores solares.

El Museo Comunitario de El Pericón también demuestra con la exhibición de objetos etnográficos, como máscaras, la riqueza de sus manifestaciones vivas, principalmente la danza. Esto quedó patente en la serie de danzas que presidieron el acto inaugural del espacio.

Niños y jóvenes interpretaron las danzas de los chinelos, del venado, de los diablos, de los chareos y de los tlacololeros, estos últimos llamaron a la lluvia a través del azote de sus fustes, cuyo sonido recuerda los truenos que preceden las tormentas.

La familia de don Hipólito Mora, la cual donó la casa para la creación del museo comunitario; el presidente municipal, René Morales Leyva, y el comisario municipal, Elías García, también participaron en la inauguración del Museo Comunitario de El Pericón, comunidad cercana a Tierra Colorada y a Ayutla, que abrirá a partir de este lunes 24 de julio, de 10:00 a 16:00 horas.

 

Dirección de Medios de Comunicación (INAH)