El sistema de mercados ayer y hoy

Una de las características de los tianguis es que se han conformado como sistemas concéntricos; algo así como nuestro sistema planetario, donde un gran lugar de comercio aglutina a varios mercados más pequeños que le son subsidiarios. Aparejado a esto, se realizaban de manera periódica, ya que en el curso de los días de la semana los tianguis locales se iban realizando en los diversos lugares que conformaban el sistema. Un ejemplo lo tenemos en el sistema de mercados de Pátzcuaro, Michoacán, a mediados del siglo pasado:

…antes de los años 40 se encuentra establecido [en la región del lago de Pátzcuaro] un intenso mercado campesino de alcance regional que vincula a las economías domésticas de las familias y de los pueblos entre sí. Artesanos de la madera, pescadores del lago, ceramistas, tejedores de lana y algodón, guaracheros, herreros, curtidores, agricultores de trigo, maíz, verduras, tejedores de petates y sombreros, buhoneros y arrieros de diferentes mercancías, compraban y vendían en los mercados dominicales e itinerantes en Pátzcuaro, Uruapan, Cherán y demás pueblos (Garibay Orozco y Bocco Verdinelli, 2011).

 Cuanajo, uno de los puntos del circuito sobre dicho lago, tenía su propia esfera comercial, que incluía a comerciantes de 14 comunidades de los alrededores para intercambiar sus mercancías, entre las que se encontraban Jarácuaro, Santa Fe, San Andrés Ziróndaro, Urandén, San Pedro, Ojo de Agua, San Jerónimo e Ihuatzio.

La lógica del sistema era proveer a un ámbito regional de los diversos productos que se elaboraban en cierta área, de producción diferenciada. Así, en algunos mercados, se intercambiaban productos de tierras bajas por los de las tierras altas; los productos de pueblos alfareros o de artesanos por los de pueblos de agricultores o ganaderos. La imposibilidad de las comunidades para autoabastecerse, dada su limitada producción, hacía imperioso este tipo de intercambio para proveerse de lo necesario, en un ámbito de consumo que se ha ido incentivando por la producción manufacturera nacional e internacional.

 

Los productos en los mercados

La amplia gama de productos que todavía se venden en los tianguis nos ilustra acerca del carácter de una producción campesina que, aunque uniforme en su dinámica económica, es también diferenciada en cuanto a la variedad de lo que produce, casi siempre determinada por los recursos naturales a su disposición. Es por ello que en el mercado de Huejutla de los Reyes, Hidalgo, puede encontrarse el zacahuil,  tamal de gran tamaño. Mientras que en el de Cuanajo, ya citado, puede encontrarse “fruta, alfarería, tejidos, plantas, especias, atole, pozole, granos, mazorcas, petates y diversos objetos tallados en madera”. Asimismo, en los mercados de los Altos de Chiapas pueden adquirirse los elaborados textiles que producen tzeltales y tzotziles, y aun los que se producen en la frontera con Guatemala.

Para no verse centralizados en un solo lugar y, eventualmente, saturarlo, pues su esfera de consumo no era tan desarrollada, los tianguis se efectuaban en diversas plazas, interconectadas entre sí, permitiendo el desplazamiento diferido de compradores y vendedores según una racionalidad económica y de acuerdo a las necesidades de consumo en un ámbito espacial más amplio. Por ello, en Tlaxcala el día de mercado era el martes, así como en Tianguistenco, mientras que en Tlaxiaco es los sábados; en Ejutla de Crespo, Oaxaca, los jueves; los viernes se hacía en Gualupita, estado de México, ahí donde se vendían suéteres de lana muy populares en la década de los setenta. Sin embargo, el domingo es el más socorrido, pues muchos de los mercados indígenas se llevan a cabo ese día: en Cuetzalán, enclave nahua-totonaco-otomí de la Sierra Norte de Puebla; en Tenejapa, San Pedro Chenalhó y San Juan Chamula, pueblos tzotziles aledaños a San Cristóbal de las Casas, Chiapas; en Chilapa, Guerrero, que era el principal tianguis campesino en la entidad, con fuerte presencia nahua; en Ometepec, también en Guerrero, en zona de presencia amuzga; en Zacualpan, Morelos; en Huejutla de los Reyes, Hidalgo, con predomino de los grupos étnicos nahua y huasteco.

 

Tomado de Samuel Villela F., “Los mercados indígenas en México”, Arqueología Mexicana núm. 122, pp. 76-79.

 

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