A lo largo de millones de años, desde los grupos de cazadores-recolectores y, posteriormente, entre los pueblos sedentarios, la relación y balance hombre-animal se ha manifestado de diferentes maneras: desde una forma básica (para la obtención de alimentos y vestido), artística (plasmada en pinturas y esculturas) y religiosa (representada en ritos y dioses), hasta una cotidiana (en las actividades de la caza y la domesticación). Incluso, en las mitologías, el hombre se ha fusionado con la bestia a través de minotauros, centauros, tritones, sirenas, nahuales y guerreros águila y jaguar, entre otros personajes fantásticos. Los extraordinarios recursos naturales de bosques, desiertos, lagunas y mares permitieron sostener y cimentar a las civilizaciones mesoamericanas.

CONTENIDO

Fotografía: Patricio Robles Gil. Compilación
 y textos: Eugenia Pallares. Memoria y conciencia,
 Mónica del Villar, pp. 4-5. Entre el pasado y el futuro, Patricio Robles Gil, pp. 6-7. Imágenes de ayer y hoy, pp. 8-75. Organizaciones para la conservación de la fauna mexicana, pp. 76-77. Bibliografía, p. 78.