Ciudad de México, 16 de febrero de 2022.- Cocóspera fue un pueblo de misión fundado por los jesuitas, el cual se mantuvo en constante enfrentamiento con los apaches. El padre jesuita Eusebio Francisco Kino entró inicialmente a los valles del río Magdalena y sus afluentes para congregar a los pimas en las misiones de San Ignacio de Caborica, San José de Ímuris, Nuestra Señora de los Remedios, Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, y Santa María Magdalena, en Sonora. Con la llegada de nuevos misioneros a la Pimería Alta, Kino puso empeño en la construcción de la Misión de Santiago y Nuestra Señora del Pilar de Cocóspera, la cual perteneció al rectorado de Nuestra Señora de los Dolores junto con el resto de las misiones de esa región.
Las tareas arqueológicas, realizadas en diciembre de 2021, consistieron en la excavación de tres de cinco pozos al poniente del templo, con el objetivo de rescatar información en las áreas donde se construirán zapatas de cimentación para una techumbre moderna que protegerá el edificio histórico, acciones programadas dentro del proyecto para su preservación integral. Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Sonora descubrieron los restos óseos de 12 individuos junto al Templo de la Ex Misión de Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, como parte de los trabajos de investigación.
En la primera etapa de las excavaciones se encontró parte del piso correspondiente a la remodelación del templo, realizada por los franciscanos a finales del siglo XVIII, posteriormente, se localizaron contextos originales del periodo jesuita, etapa ampliamente conocida en fuentes documentales, pero mínimamente identificada arqueológicamente.
Debajo de esta última evidencia se encontró la docena de entierros, correspondiente a individuos juveniles y adultos, de los cuales al menos cuatro fueron sepultados, exhumados y vueltos a inhumar entre los entierros más tardíos que ya no fueron alterados, luego de que el área quedara en desuso como cementerio. Hasta el momento, no se tienen más particularidades de sexo, edad, condición o procedencia.
El arqueólogo responsable de la excavación, Júpiter Martínez Ramírez, menciona que algunos de ellos podrían tratarse de pimas hímeris, de un periodo poco estudiado, por lo que se realizarán las valoraciones pertinentes, aunque, puntualizó, hubo un entierro sin alterar, cuya forma craneal coincide más con el de una persona de origen europeo. Los especialistas informan que continuarán con las valoraciones y estudios para confirmar datos específicos de sexo, edad y cultura a la que pertenecen los entierros, investigaciones que se realizarán en el transcurso de 2022.
Con información de la Dirección de Medios de Comunicación del INAH.