Cuando se construyó, a mediados del siglo XVI, este acueducto renacentista era la obra hidráulica más ambiciosa y monumental del continente americano. De hecho, el acueducto de Tembleque rivaliza con el de Segovia, España, en belleza y dimensiones.
El acueducto puede considerarse una estructura mestiza. A pesar de que sus principios arquitectónicos provinieron del mundo romano, hispánico y andaluz, algunas técnicas y materiales fueron 100% prehispánicas. No es sorprendente que los españoles hayan recurrido a métodos de construcción precolombinos: además de que la mano de obra era casi toda indígena –se habla de unos 400 obreros– el acueducto se empezó a construir poco después de la conquista.
Con todo, las fechas de construcción son inciertas. Se sabe que el acueducto se fue levantando sobre todo a lo largo de la década de 1550, y recientemente se ha establecido que las probables fechas de inicio y término fueron 1545 y 1562. El acueducto deriva su nombre de fray Francisco de Tembleque, quien se preocupó por la escasez de agua en la región y por el aumento de enfermedades entre la población nativa, y exploró la posibilidad de traer agua fresca de fuera y encomendó la construcción de un acueducto a Juan Correa de Agüero.
El acueducto mide 42 kilómetros de largo, si bien la mayor parte está bajo tierra o a ras de suelo (sólo 3% del ducto está soportado por arcos). La obra arranca a las faldas del volcán Tecajete de Zempoala, donde recoge las aguas de manantiales. En su trayecto, el acueducto serpentea por lomas y cañadas y tiene bifurcaciones para surtir a poblaciones aledañas.
La obra concluye en las inmediaciones de Otumba, donde se construyeron depósitos de agua y una fuente. En su plenitud, el acueducto pudo haber llegado a conducir hasta 2 500 metros cúbicos de agua al día.*
Imagen: Acueducto del Padre Tembleque, Zempoala. Foto: Oliver Santana / Raíces.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor. Desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique (comp.), “Zempoala”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 112, pp. 44-46. * Texto de Alejandro García Sudo, publicado originalmente en la app:
Atlas cultural de México, Editorial Raíces.