El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inauguró el domingo 7 de marzo de 2021 el Pabellón Reina Roja, el cual a partir de ahora forma parte del discurso museográfico del Museo de Sitio “Alberto Ruz L'huiller”, adyacente a la Zona Arqueológica de Palenque, Chiapas.
De acuerdo con una nueva transcripción de los textos glíficos hecha por el recientemente fallecido epigrafista Guillermo Bernal Romero, ahora se sabe que el nombre de quien fuera consorte de Pakal ‘el Grande’ no era Ixik Tz’akbu Ajaw, “Señora Gobernante de las Sucesiones”, sino Ixik Tz’aka’ab Ajaw, “Señora Gobernante de las Generaciones”.
Esta relectura es, en realidad, un perfeccionamiento del nombre anterior, ya que no hay una diferencia diametral entre las voces “sucesión” y “generación”, sin embargo, para el académico, la raíz tz’aka’ab (sucesión u ordenación generacional) realza la asociación divina que tuvo el personaje, al tiempo que es un término que también tiene el sentido de “cosa eterna o imperecedera”, concepto afín con la idea de “continuidad generacional”.
Lo anterior, precisó el especialista en su última entrevista concedida al INAH, con motivo de la preparación de la nueva museografía y que ahora se comparte para recordarlo, se explica por la asociación de Tz’aka’ab con una de las mayores deidades míticas de todo el señorío: Bolon Tz’aka’ab Ajaw.
a pesar de que Ixik Tz’aka’ab Ajaw no era oriunda de Lakamha' sino de Oox Te’ K’uh, una provincia sujeta al poderío de Palenque, se le asignó ese nombre tras contraer matrimonio con K’inich Janaab Pakal, el 19 de marzo del año 626 d.C.
“Pakal —señaló Bernal Romero— fue un personaje muy sacralizado, pero también su esposa. La tumba de ella es tan compleja como la de aquel; sabemos que fue sacralizada al morir por la propia composición de su ajuar, cuyo tocado contiene una advocación al dios Chaak”. Incluso, antes de su fallecimiento en 672 d.C. —once años antes que su longevo esposo—, debió dársele un tratamiento de divinidad a Ixik Tz’aka’ab Ajaw, “ya que dio a luz a los hijos y sucesores de Pakal: K’inich Kan Bahlam, entronizado en 684 d.C., y K’inich K’an Joy Kitam, quien accedió al poder en el año 702”.
Sobre las fuentes glíficas o textuales en las que se recogen referencias del glifo tz’aka’ab, el especialista citó el Tablero del Palacio de Palenque; y diversos chilames de pueblos peninsulares o documentos que registran la voz, como la propia Relación de las cosas de Yucatán, del evangelizador español Diego de Landa, obra en laque, en el siglo XVI, se habla de la presencia del demonio Bolon Tz’aka’ab en los ritos de los mayas de esa época, tal como ha indagado el epigrafista Octavio Esparza Olguín, también adscrito al CEM de la UNAM.
Bernal Romero señaló que en 1994, se descubrieron los restos óseos de Ixik Tz’aka’ab Ajaw y que para los expertos no estaba claro si pertenecían a la consorte, la madre o la abuela de Pakal, siendo finalmente los estudios de ADN, practicados por la académica de la Universidad Autónoma de Yucatán, Vera Tiesler, los que evidenciaron que los huesos de Pakal y de la Reina Roja no compartían rasgos de consanguinidad, de allí que, junto a evidencias cerámicas contemporáneas a la vida del jerarca palencano y ubicadas en la tumba de la reina, se aclararon esas dudas.
Con información de la Dirección de Medios de Comunicación del INAH.