“Aquí conocerán cómo comienza, cómo principia el nombrado gran altépetl, ciudad de Mexico Tenochtitlan, dentro del agua, entre los tules, entre las cañas, donde hemos vivido, hemos nacido nosotros los tenochcas” (Tezozómoc, p. 80; traducción de Miguel Pastrana, M.P.). De esta manera el historiador Hernando de Alvarado Tezozómoc da cuenta de la condición inicial de los mexicas y su asentamiento en medio de la zona lacustre del lago del Tetzcoco, al tiempo que pone de manifiesto la importancia de la historia de la capital mexica en el contexto novohispano.
Por otra parte, desde las primeras noticas que recibieron los españoles sobre Tenochtitlan hasta la actualidad se han elaborado innumerables relaciones, informes oficiales, crónicas, mapas, poemas, novelas, así como investigaciones históricas y antropológicas que tratan de dar cuenta de su devenir histórico. La mayoría de los estudios académicos sobre la fundación de Mexico Tenochtitlan han puesto su acento en diversas cuestiones fundamentales, como la cronología de su desarrollo histórico y, en ese sentido, se ha buscado establecer con precisión la fecha en que se fundó la capital de los mexicas. También se han hecho valiosos análisis respecto de las implicaciones religiosas, rituales y simbólicas de la fundación, con especial atención en el carácter sacro de los prodigios que, según muchas fuentes, señalaron el lugar elegido por Huitzilopochtli para el asentamiento de su pueblo. También han tenido lugar inagotables disquisiciones lingüísticas y etimológicas sobre el significado de sus dos nombres, así como el estudio del lugar que ocupa la fundación en el marco de la vertiginosa historia de capital de los mexicas, desde sus humildes comienzos hasta su destrucción, pasado por su esplendor como la urbe más poderosa de Mesoamérica.
En contraste, se ha dedicado menos atención a los aspectos materiales, sociales y políticos propios de la ocupación, del asentamiento y la fundación de Tenochtitlan. Para abordar la cuestión surgen algunas preguntas, entre ellas puede formularse la siguiente: ¿Qué clase de entidad política y territorial establecieron los mexicas en ese momento? Para conocer los rasgos principales de este tema tenemos que retroceder en el tiempo y comenzar por los antecedentes.
La migración mexica ha sido un tema muy estudiado, pero en torno al cual aún hay múltiples interrogantes. Una de ellas es, justamente, el de la organización social y política de los mexicas durante los últimos momentos de este proceso histórico, específicamente desde su llegada a la zona lacustre del lago de Tetzcoco hasta las vísperas de su asentamiento definitivo y los primeros años después de la fundación de Tenochtitlan.
Conviene recordar que, como lo demostró Carlos Martínez Marín, desde el principio de la migración es evidente que los mexicas son un grupo de plena cultura mesoamericana. Se sabe que desde el comienzo de su tránsito migratorio los mexicas mantuvieron estrechas, móviles y, en no pocas ocasiones, conflictivas relaciones con otros pueblos de cultura mesoamericana. También se sabe que, en el largo trayecto de su migración, los mexicas no fueron un grupo totalmente homogéneo, pues existieron distintas facciones que atravesaron diversos conflictos, algunos de los cuales fueron solucionados de manera violenta, o que concluyeron con la separación de una parte del grupo. Igualmente se sabe que lejos de ser “tribus”, como inercialmente se dice, estamos ante un grupo complejo, organizado y coordinado a partir de la interacción asimétrica entre diferentes unidades sociales conocidas como calpulli.
Nota: Aunque usualmente se escribe México-Tenochtitlan, el uso del guion no tiene ninguna razón de ser más allá de la mera costumbre, es como si escribiéramos Ciudad-de-México o Juan-José. Tampoco el acento gráfico en la é se justifica cuando nos referimos a la urbe mesoamericana. Recuérdese que las palabras nahuas son generalmente graves y que la x tiene un sonido similar a la sh inglesa: Meshico.
Tomado de Miguel Pastrana Flores, “Entre tulares y carrizales. Organización social y política de Mexico Tenochtitlan en tiempo de su fundación”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 124, pp. 58-63.

