Muy a cuento viene referirnos a algunas celebraciones que en determinados momentos y circunstancias se han llevado a cabo en nuestro país. En el año 2010 se efectuaron diversos actos para recordar dos acontecimientos: el movimiento de Independencia que inició en 1810 y, cien años más tarde, el comienzo de la Revolución Mexicana. Los preparativos para tal coyuntura no se dejaron esperar: el gobierno de Felipe Calderón programó gran cantidad de actos (2 344 según los entendidos) que iban desde publicaciones, exposiciones, concursos, eventos deportivos, fiestas populares, congresos, ocho parques del Bicentenario,
etc.
Un año antes dieron comienzo las actividades con el llamado “Fuego del Bicentenario”, encendido en Palacio Nacional por el presidente con “el fuego traído por 32 niñas y niños en representación de los Estados de la República” (Matos, 2010, p. XIII).
Hubo aportes importantes como el de los programas de televisión Discutamos México, con sus 150 emisiones, en las que participaron cerca de 500 investigadores, aunque no faltaron eventos como “Un concurso Señorita Bicentenario y uno de Mister Playa, una reunión nacional de funcionarios fiscales, un congreso de ginecólogos, conmemorar el Día Nacional del Medio Ambiente, concursos para ver quién se disfraza mejor de Miguel Hidalgo y renombrar toda una ciudad con apelativos históricos…” (Garduño Morán, 2010, p. 8).
Pero remontémonos un siglo atrás. Gobernaba los inciertos destinos del país Porfirio Díaz. No se podía pasar por alto el año de 1810 con el inicio del movimiento independentista, cuyo siglo se cumpliría en 1910. Don José Luis Martínez, querido y apreciado amigo, nos ha dejado una crónica de lo que ocurrió por entonces. Señala cómo entre los actos oficiales estuvo el de la inauguración del monumento del Ángel de la Independencia, el Hemiciclo a Juárez, se otorgaron doctorados honoris causa y muchos más, todos ellos durante el mes de septiembre, y hubo un alfa y un omega: el día 1o. del mes se inauguró el manicomio de La Castañeda y el jueves 29 tocó el turno a la cárcel de Lecumberri, aunque no fue obligatoria la asistencia de los invitados a estas festividades.
... Pero el colmo de la ignorancia y la cursilería se dio por parte del gobierno actual: desde la manipulación de la historia hasta realizar actos como el de la réplica del Templo Mayor en el Zócalo capitalino, acompañado de espectáculos luminosos dignos de representarse en Las Vegas, Nevada, y no en el corazón del país. En fin, son los tiempos que corren…
Imagen: Decoración del Zócalo de la Ciudad de México con motivo del Bicentenario de la Independencia. Foto: Edith González.
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Matos Moctezuma, Eduardo, “De efemérides y otras cosas…”, Arqueología Mexicana, núm. 170, pp. 82-83.