La cuenca de México. Conquista (siglo XVI a partir de 1519). Cambios y continuidades
La Cuenca de México no sólo era Tenochtitlan. Incluía otras entidades políticas, las cuales, no obstante estar subordinadas a ella en mayor o menor medida, conservaban identidades propias y respondían a tradiciones diferentes. Ejemplo extremo eran los enclaves de lengua y cultura otomí, absorbidos por una inmensa mayoría nahua. La economía regional era tan variada como los paisajes, que no sólo eran lacustres pues también cubrían las laderas de las montañas circundantes. En suma, si bien no puede decirse que la Cuenca de México fuese un microcosmos de la compleja realidad mesoamericana, resumía algo de su unidad y diversidad así como de la tensión implícita en sus contradicciones. Es bien sabido que los españoles aprovecharon esta situación en su beneficio, y que la conquista, no menos contradictoria debido a su combinación de cambios y continuidades, liberó tensiones y propició reacomodos.
Una ilustración de lo anterior la podemos obtener de Texcoco, el principal señorío de los acolhuas, habitantes de la parte oriental de la cuenca. En 1515, a la muerte de su rey Nezahualpilli, Texcoco entró en una crisis dinástica con dos pretendientes a la sucesión. Los mexicas impusieron a un tercero, a lo que siguió la resistencia de uno de los primeros dos, Ixtlilxóchitl. Éste intentó atacar a Tenochtitlan y buscó la alianza de tlaxcaltecas y cholultecas; después se alió a los españoles, y con él se alinearon partes de la cuenca que estaban bajo su control, como Otumba y Huexotla. Los conquistadores también lograron la cooperación de los chalcas y de grupos de Xochimilco, Cuitláhuac (el Tláhuac de hoy) y otros señoríos. Estos acontecimientos reflejan las fisuras políticas que había en la cuenca (al igual que en el resto de Mesoamérica), muchas de ellas asociadas a las tensiones introducidas por la expansión mexica. Los españoles se involucraron con muchas situaciones parecidas, y durante toda una generación intervinieron en las cuestiones dinásticas de los centenares de señoríos mesoamericanos. Pero en los de la cuenca lo hicieron con mayor énfasis, debido en gran medida a la cercanía e intimidad que establecieron con ellos.
Imagen: El Códice Osuna es un documento de casi 40 fojas, incompleto y difícil de interpretar, pero sobresaliente por su combinación de elementos prehispánicos y españoles. Éstos son evidentes en la elaboración y temática del Códice. Aquí, la posición relevante de la casa de gobierno o tecpan de México hace resaltar la importancia de este componente de origen prehispánico en el contexto de los años de la conquista. Uno de los funcionarios del cabildo discute con el virrey algunos temas relativos a ciertos servicios requeridos por el tecpan para su mantenimiento. Códice Osuna, lám. 38. Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Bernardo García Martínez (1946-2017). Doctor en historia; profesor de El Colegio de México. Autor de obras sobre historia de los pueblos de indios, historia rural y geografía histórica. Miembro del Comité Científico-Editorial de esta revista.
García Martínez, Bernardo, “La cuenca de México. Conquista (siglo XVI a partir de 1519). Cambios y continuidades”, Arqueología Mexicana, núm. 86, pp. 64-68.
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