Hoy presentamos un documento que se refiere, precisamente, a la manera en que muchos literatos escribieron acerca de la arqueología y la historia e hicieron mención de monumentos del pasado prehispánico de México, y llegaron a conocer de mitos antiguos que sirvieron de inspiración para sus creaciones literarias. Quién mejor que Juan Villoro para ilustrarnos sobre el tema. Poseedor de una vasta cultura y con una pluma privilegiada, Juan recorre los caminos de la literatura para llevarnos a puertos promisorios en donde nos esperan una pléyade de autores que, de una manera u otra, acudieron al mundo antiguo e incorporaron de manera sorprendente, ya unas palabras o la obra completa, en su quehacer literario. El mismo Juan no resistió el llamado del tiempo y así leemos en su amplia producción sobre la presencia de un pretérito que se engarza con situaciones actuales. Ejemplo de ello es su cuento “La noche navegable”, que se ubica en Monte Albán; en Palmeras de la brisa rápida está presente el mundo maya, y en El disparo de Argón los símbolos prehispánicos son utilizados por el personaje de nombre Antonio Suárez. A esto debemos añadir el reportaje “El patio del mundo”, que forma parte del libro Los once de la tribu, donde se refiere al juego de pelota, y en la novela Materia dispuesta se enfrenta el dilema entre una obra pública y antiguos vestigios. En el cómic La calavera de cristal y en el guion para la película de Nicolás Echevarría, Vivir mata, Villoro acude a nuestro pasado con buen conocimiento. Más aún, el escritor preparó los guiones y condujo la serie del Canal 22 Piedras que hablan, en la que se incluyeron 28 sitios arqueológicos y se entrevistó a los arqueólogos que por medio de sus excavaciones encuentran el pasado remoto y dialogan con las piedras. No puedo dejar de mencionar la novela Arrecife, que se desarrolla en la Riviera Maya y en la que aparece un hotel de nombre La Pirámide, misma que recibió el Premio José María Arguedas en Cuba y fue traducida al francés.
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.
Matos Moctezuma, Eduardo, “Presentación”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 95, pp. 8-11.