Mary Lou Ridinger
Entre 1974 y 1975, luego de la ubicación de yacimientos de jade en Antigua Guatemala, se dio el renacimiento de la industria de jade. Hoy los mayas estarían sorprendidos de la vigencia de esta piedra que ha sido parte de la tradición mesoamericana y venerada por muchas culturas antiguas.
Después de leer y fascinarse con el libro Minerological Studies in Guatemalan Jade, escrito por William F. Foshag (Instituto Smithsonian, 1957), Jay Ridinger, empresario estadounidense que vivía en Antigua Guatemala, decidió que, si Foshag intentó encontrar los yacimientos del jade prehispánico y publicó un mapa de la región del valle del río Motagua en su obra (murió antes que ésta se publicara), marcando los probables sitios de su ubicación, valía la pena ir en búsqueda de éstos. Con esta idea, Jay Ridinger invitó a su amiga, Mary Lou Johnson –quien por aquella época terminaba su maestría en antropología y arqueología en la Universidad de Las Américas en Cholula, Puebla–, para que lo acompañara en la búsqueda de los yacimientos de jade en Guatemala.
Ubicación de los yacimientos
En febrero de 1974, Jay Ridinger y Mary Lou Johnson iniciaron su proyecto de ubicar los yacimientos de jade que las antiguas civilizaciones utilizaron; prepararon los mapas geológicos así como el material para efectuar los análisis de identificación, y ubicaron en mapas los posibles talleres prehispánicos. Después de varios meses de búsqueda, encontraron un fragmento de una piedra en una zona con evidencia de ser un taller de jade prehispánico. La pieza parecía ser perfecta e hicieron la prueba que permitiría saber sus características utilizando bromoformo y yoduro de metilo: la piedra se hundió… ¡era jade!
De inmediato se enviaron muestras de estas rocas a seis laboratorios científicos de Estados Unidos. Al recibir los resultados, confirmaron, mediante difracción de rayos X, que se trataba de jade del tipo jadeíta.
Así, una vez ubicados los yacimientos de jade, la alternativa más lógica era vender el material en bruto a China, que desde tiempos remotos ha sido el mayor consumidor final de jade obtenido de los países que cuentan con yacimientos de este tipo de rocas.
Sin embargo, los esposos Ridinger decidieron instalar una fábrica de transformación de jade en Antigua Guatemala, y dejar el mineral en el mismo país para enseñar a los descendientes de los mayas a trabajarlo de igual manera que lo hicieron sus ancestros. De este modo, surgió un renacimiento de la industria de jade en esa ciudad guatemalteca.
En 1975 –un año después de descubrir los yacimientos–, tomaron la decisión de no divulgar la ubicación exacta de éstos con el objetivo de prevenir la “fiebre de jade”, pues la avaricia humana por obtener las riquezas minerales enloquece la mente.
Mary Louise Johnson Thompson de Ridinger. Maestra en antropología y arqueología por la Universidad de Las Américas, Cholula, Puebla, México. Licenciada en estudios latinoamericanos por la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Fundadora y presidente de “Jade Maya” en Antigua Guatemala. Arqueóloga, minera de jade, investigadora, profesora y propietaria de una cadena de museos y tiendas de jade en Guatemala, Honduras y México.
Ridinger, Mary Lou, “El renacimiento de la industria del jade en Antigua Guatemala”, Arqueología Mexicana núm. 133, pp. 79-81.