La construcción del camino real Campeche-Mérida

Antonio Benavides Castillo

El camino real Campeche-Mérida

Las fuentes históricas

La referencia más temprana y específica al camino real parece ser la consignada en el Códice de Calkiní: “Hoy, a los 9 días de diciembre de 1582 años terminóse de abrir las calles aquí en Calkiní. Fray Pedro Peña Claros fue el constructor. Tres años duró su construcción. Muchos Batabes cooperaron mientras se hacía”.

Seguramente, las labores de los tramos previos del camino empedrado iniciaron décadas antes y las obras prosiguieron a finales del XVI, hasta llegar a unir a las ciudades de Campeche y Mérida.

Pocos años más tarde, el fraile franciscano Antonio de Ciudad Real, quien narró el viaje en el que acompañó a fray Alonso Ponce, en 1588, escribió que: “…tampoco hay fuentes sino solo una junto al mesmo Campeche, en el camino real, y es de agua dulce…”.

El mantenimiento de los caminos virreinales peninsulares, a finales del siglo XVI, incluyó “a la calzada que se extendía desde el puente de mampostería en Hampolol, hasta el puente de madera tendido sobre la ría de San Francisco, en Campeche”. Aquí cabe la confirmación del fraile franciscano Diego López de Cogolludo, quien en 1649 consignó que dos pescadores del pueblo de Xampolol hallaron una imagen de la Virgen del Rosario cerca de un manantial (fuentezuela) “que está en el camino real”.

La comunidad, hoy conocida como Hampolol, se fundó después de establecerse la villa de San Francisco de Campeche, en octubre de 1540, y era paso obligado en el camino hacia el norte de la península. En 1665 finalizó la construcción del puente de Hampolol, bajo la administración de Rodrigo Flores de Aldana, gobernador de Yucatán.

Los caminos facilitaban el transporte de productos, permitían el control de quienes circulaban, integraban el territorio y eran una fuente de ingresos por portazgos y otros peajes. El interés del monarca y su corte en los caminos para el desarrollo económico y del Estado, ayuda a explicar que la legislación los colocara directamente bajo la protección de los reyes. Por ello, en el siglo XVIII, fueron llamados “caminos principales” y otras veces “caminos reales”, reforzando su carácter público y utilidad general.

Imagen: Contrafuerte y alcantarilla junto al pretil oriente del camino real, a pocos metros del puente de Hampolol. Placa pétrea de 1790. Fotos: Antonio Benavides Castillo.

Antonio Benavides Castillo. Doctor en estudios mesoamericanos (UNAM). Arqueólogo del Centro INAH Campeche.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Benavides Castillo, Antonio, “El camino real Campeche-Mérida”, Arqueología Mexicana, núm. 174, pp. 84-89.