Las cultura de Sonora

Grupos étnicos

 

En el estado de Sonora habitan más de 51 mil personas que hablan alguna lengua indígena, en su mayoría, el idioma mayo. Sin embargo, hay una cantidad representativa de hablantes de otras lenguas indígenas como: yaqui, guarijío, seri, pima, pápago y cucapá. Cabe señalar que el nombre con el que se conoce a la mayoría de las etnias actuales de Sonora no es el que ellos mismos se dan, sino el que les dieron los colonizadores. Los nombres con los que se llaman a sí mismas las distintas etnias son los siguientes: yaquis, yoemem, “la gente”; seris, concáac, “la gente”; pimas, o’oba, “la gente”; pápagos, tohono o’odham, “gente del desierto”; mayos, yoreme, “el que respeta la tradición”; guarijío, “gente” o “las personas que hablan la guarijía”

El territorio sonorense ha sido a lo largo de decenas de miles de años escenario de desarrollos culturales que se han distinguido por su persistencia, por su notable habilidad para adaptarse a un medio ambiente en mucho hostil y demandante. Alejada por mucho tiempo de los reflectores que reciben las culturas mesoamericanas, las de Sonora han sido de unas décadas hasta nuestros días objeto de diversas investigaciones, que paulatinamente han traído a la luz su complejidad y su importancia para comprender el desarrollo histórico del Noroeste de México y el Suroeste de Estados Unidos, sus múltiples formas de supervivencia, su variabilidad cultural e incluso sus relaciones con los pueblos situados al sur. Este número de Arqueología Mexicana, el primero que dedicamos a esta importante zona del Norte de México, da cuenta de los avances en la arqueología de la región y repasa la historia de su colonización por los jesuitas, sin dejar de lado la notable presencia indígena que aún persiste y que es por sí sola muestra de la capacidad de resistencia y de adaptación de sus pobladores originarios.

• El Fin del Mundo. Su ubicación y sus componentes arqueológicos hacen de este un sitio único para el estudio de las transformaciones ambientales entre el Pleistoceno Terminal y el Holoceno Temprano, la subsistencia de los primeros pobladores, la integración regional entre los grupos y el papel de los humanos en la extinción de los animales del Pleistoceno.

 La Playa, Sonora. Es uno de los sitios arqueológicos de mayor extensión y uno de los más espectaculares del Norte de México y el Suroeste de Estados Unidos. El sitio tiene una historia de alrededor de 10 000 años. Entre los vestigios localizados destacan grandes cantidades de concha marina –señal de que la producción de ornamentos de concha fue una de las actividades más comunes– y más de 1 300 hornos.

• Cerro de Trincheras. Fue un pueblo prehispánico de primer orden y un centro regional tan importante como Paquimé (Chihuahua). Entre sus elementos arquitectónicos destacan las cerca de 900 terrazas que alberga y estructuras como la Cancha, el Caracol y el Mirador.

• La cultura hohokam. Además de hábiles agricultores que usaron un amplio abanico de estrategias para cultivar sus áridos terrenos, los hohokam se distinguen por haber construido enormes sistemas de canales de riego y por haber erigido juegos de pelota y plataformas sin dirigentes poderosos ni burocracias.

• Las manifestaciones gráfico rupestres. En la actualidad se sabe de la existencia de más de dos centenares de sitios en territorio sonorense con este tipo de manifestaciones culturales. Algunos de ellos tienen sólo unas cuantas figuras y otros cuentan con cientos de ellas.

• La Pintada, Sonora. La riqueza y diversidad de sus diseños pictográficos han hecho de La Pintada el sitio arqueológico con pintura rupestre más conocido del estado de Sonora. Las recientes investigaciones han mostrado la gran complejidad cultural del sitio y han abierto nuevas perspectivas de investigación.

 

Tomado de Arqueología Mexicana núm. 97, pp. 30-31.

 

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