Los mercados en la Colonia

Enriqueta Quiroz

El sector primario de la minería actuó no sólo como pilar de una economía de exportación, sino como estímulo para el surgimiento de lo que se ha llamado los mercados internos, es decir circuitos de poblaciones entrelazadas por intercambios de mercancías. En el virreinato esas relaciones no fueron igualitarias porque existieron espacios con variadas jerarquías, pues tenían diferentes demandas y producían excedentes distintos. Villas, ciudades, haciendas y pueblos de indios, actuaron como agentes entre el mercado urbano y el mercado rural. Evidentemente, el crecimiento de la república de españoles y de su economía fue superior al de las comunidades indígenas, las que se vieron afectadas por epidemias que causaron el descenso de su población y por la apropiación paulatina de sus tierras por parte de los españoles. Esto generó espacios de subsistencia indígena y la obligada inserción de aquellas comunidades en el sistema económico español. Bajo esa tensa relación, se intentó la complementación del comercio en cada espacio mediante la venta de excedentes de productos de origen agrícola, ganadero, textil y artesanal.

La política de abastos

En el pasado colonial la gente se abastecía y comerciaba diversos productos bajo un régimen regulado por la monarquía española. Existía un proteccionismo económico que era expresión de una política económica mercantilista implantada desde la península hacia la Nueva España, desde el siglo XVI y hasta el XVIII. En ese contexto, los mercados novohispanos funcionaban bajo la vigilancia estricta de la monarquía, que se preocupaba de la sobrevivencia del pueblo y a la vez de estimular la demanda interna, de la cual se obtenía una importante recaudación por concepto de alcabalas, una especie de impuestos de compra y venta.

Imagen: El Camino Real de Tierra Adentro permitía que se interconectaran las rutas de intercambio de las principales ciudades de Nueva España. Así, en una ciudad del Altiplano, en los puestos de los mercados, podían comprarse grandes pescados de mar o de río, azúcar y confites o plátanos, entre otros productos. Anónimo, Puesto de mercado. Óleo sobre tela. Siglo XVIII. Digitalización: Raíces.

 

Enriqueta Quiroz. Doctora en historia por el Colegio de México, miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Profesora investigadora titular en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, donde además ocupa el cargo de coordinadora de investigación. Se especializa en temas sobre mercados, consumo y condiciones de vida en la Colonia.

Quiroz, Enriqueta, “Los mercados en la Colonia”, Arqueología Mexicana, núm. 122, pp. 68-73.

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