Los nuevos hallazgos en la Estructura III

Mario Zimmermann

Treinta años después de haber sido excavada por la Universidad Autónoma de Campeche, la Estructura III fue de nueva cuenta objeto de trabajos arqueológicos. Entre los resultados de la última temporada de campo del INAH está la liberación de un par de mascarones de estuco que, en conjunto con otros datos, arrojan nueva luz sobre la historia del edificio.

 

La Estructura III se encuentra al este de la Plaza Central de Calakmul, a escasos 50 m de la Estructura II, misma que encabeza el conjunto y funge como referente principal del sitio. El basamento piramidal de la Estructura III está orientado sobre un eje norte-sur, de aproximadamente 32 m de largo, y el conjunto de construcciones superiores ve al poniente. Todos los cuartos eran abovedados y forman un conjunto residencial cuyo volumen arquitectónico y ubicación dentro del sitio indican que debe haber sido habitado por un grupo perteneciente a la elite de la comunidad prehispánica. En este sentido, la Estructura III resalta porque su carácter habitacional difiere notablemente del uso público que parecen haber tenido la mayor parte de los edificios de la Plaza Central. Además, llama la atención que la Estructura III sea el único edificio en los alrededores que no cuente con ninguna estela asociada.

Por otra parte, desde los primeros reportes acerca del sitio, a principios del siglo XX, la Estructura III adquirió un interés especial debido a su buen estado de conservación. Cuando Ruppert y Denison describieron las estructuras de la Plaza Central y sus alrededores en 1943, varias bóvedas de la superestructura aún se encontraban en pie. Por este hecho, único en Calakmul, los chicleros de la región, así como los primeros exploradores científicos, utilizaron la Estructura III como refugio. De ahí surgió también el sobrenombre del edificio, “Palacio Lundell”, apellido del botánico-arqueólogo que entre otros señalaron su presencia mediante diversos graffiti en el revestimiento de estuco de los cuartos superiores.

Se realizaron trabajos de restauración y consolidación parcial en Estructura III, a cargo del proyecto arqueológico dirigido por W. Folan, de la Universidad Autónoma de Campeche, en 1984-1985. Estos trabajos previos se enfocaron principalmente en el frente y el costado sur del basamento, así como en las estructuras superiores. Hace 30 años, el hallazgo principal fue una tumba muy elaborada, del Clásico Temprano, la cual contenía un personaje masculino y un ajuar funerario suntuoso que incluyó tres máscaras de jade, placas con inscripciones jeroglíficas y orejeras del mismo material, diez vasijas cerámicas –algunas finamente decoradas–, conchas y caracoles enteros, así como adornos personales elaborados a partir de ellos, una espina de raya y un bloque de pigmento rojo. En general, la cerámica recuperada durante el proyecto abarca varios periodos, y predomina cuantitativamente el complejo cerámico Halibe (49.3%) del Clásico Terminal, seguido del complejo Ku (26.5%) del Clásico Tardío, del complejo Kaynikte (19.3%) del Clásico Temprano y, por último, del complejo Takan (3.6%) del Preclásico Tardío.

 

La plataforma y los cuartos 1 y 12

Los trabajos de la temporada 2013 comenzaron en la plataforma que se encuentra en la cima del basamento piramidal, donde se retiraron cuatro cimientos de construcción tardía para permitir que los elementos arquitectónicos contemporáneos de la principal época de ocupación se apreciasen mejor. Luego de eliminar el cimiento central, así como los remanentes de dos pisos, se pudo observar una serie de rasgos intrusivos en el piso 3, entre ellos orificios circulares de dimensiones menores que aparentan ser huellas de poste. Estos hallazgos permiten inferir que la plataforma contó con un techo de materiales perecederos, creándose de esta forma un espacio resguardado de los elementos sin que por ello perdiera su carácter público.

Enseguida se intervinieron los accesos que comunican con la plataforma con el cuarto 1, un espacio alargado que, dadas sus características, posiblemente fungiera como área de recepción. Hasta el inicio de la nueva temporada de trabajos, se habían localizado tres escaleras, de las cuales las dos laterales comunicaban con el cuarto 1, mientras la central desembocaba en el cuarto 12, al centro del conjunto residencial. Sin embargo, fue posible percatarse de que las escaleras consolidadas se hallaban por encima de una gruesa capa de derrumbe de bóveda, y una vez retirada ésta se encontró un piso de estuco bien conservado que cubre el cuarto 1 por entero. El hecho de que este piso se encontrara alrededor de 60 cm por debajo del nivel de ocupación anterior hizo evidente que las entradas que comunican el cuarto 1 con los cuartos 2, 3, 4 y 9 son modificaciones tardías en la Estructura III. Respecto a la comunicación con el cuarto 12, debajo de los escombros se liberó un cuerpo escalonado de tres peldaños, también estucados. Tomando en cuenta lo anterior, esta escalera es considerada la única vía de comunicación entre los sectores públicos y las áreas privadas del conjunto residencial.

 

Los mascarones de estuco

Al avanzar los trabajos de registro estratigráfico en la plataforma, se decidió estudiar dos alineamientos de piedras simétricos perpendiculares a la escalera central de la Estructura III. La cara labrada de las piedras señalaba en ambos casos hacia el exterior. Para determinar su extensión, así como correlacionarlos con los pisos en la superficie de la plataforma, se excavaron cuadros de exploración en los cuales pronto se encontraron grandes cantidades de estuco pintado. Al llegar a una profundidad de aproximadamente 2 m del lado norte y una vez retirado el relleno constructivo hasta el límite exterior del paramento superior, se hizo patente que las superficies modeladas pertenecían a un mascarón. Aunque la zona superior y gran parte de la orejera izquierda habían sido mutiladas, se determinaron las dimensiones aproximadas: 3.70 m de ancho por 2.30 m de alto.

Del lado sur de la escalera se encontró un panel de dimensiones similares. Sin embargo, pronto se constató que en este caso la mutilación del mascarón no se limitó a la orejera exterior, sino que se extendió a toda la cara del individuo representado. No obstante, la gran cantidad de fragmentos de estuco al pie del mascarón permiten inferir que esta obra fue “matada” a propósito. A pesar de esto, se asume que ambos mascarones fueron idénticos en su momento. Los paneles estuvieron pintados por completo de un color rojo que sirvió de base a delineaciones de rasgos específicos en los ojos, el casco o la nariz, hechas en negro. Las orejeras, a su vez, parecen incorporar motivos de serpiente. Con tales características, compartidas por otras obras similares en la región petenera, los mascarones de la Estructura III se pueden ubicar por su estilo en el Protoclásico (100 a.C.-100 d.C.).

 

Mario Zimmermann. Arqueólogo y maestro en ciencias antropológicas por la Universidad Autónoma de Yucatán. Se especializa en estudios de residuos químicos y microscópicos. Colabora en el Proyecto Arqueológico Calakmul desde 2013.

 

Zimmermann, Mario, “Los nuevos hallazgos en la Estructura III”, Arqueología Mexicana núm. 128, pp. 52-57.

 

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-calakmul-campeche-AM128