La colección de Fernnado Sologuren y las políticas arqueológicas porfirianas
Durante la era porfiriana se establecieron acuerdos irregulares que tuvieron el fin de canalizar las colecciones particulares de las elites al Museo Nacional. El destino del gabinete de Fernando Sologuren se inserta en esta historia que se inicia con un descubrimiento: en mayo de 1886 se encontraron evidencias de una espectacular tumba en un grupo de mogotes ubicados a las afueras del pueblo de Xoxocotlán, no muy lejos del pie de Monte Albán.
El descubridor, un campesino llamado Pablo Villanueva, quien también era propietario de las tierras, enseguida informó al conocido doctor Fernando Sologuren, y éste le proporcionó fondos para seguir excavando. Al día siguiente revelaron la cripta, cuya entrada estaba tapada por una gran piedra con inscripciones.
Pronto, el lugar llegó a ser un destino para los curiosos de la ciudad que deseaban apreciar el importante hallazgo. Lamentablemente, en los reportes del periódico, Villanueva, el que encontró la tumba, dejó de ser mencionado y fue Sologuren quien se llevó no solamente toda la gloria sino también los objetos del recinto.
El ajuar funerario incluyó vasijas cerámicas, urnas y una gran diversidad de piezas de concha, piedra y metales. Ahora bien, la exploración de la tumba ocurrió durante el primer año de funcionamiento de la Inspección de Monumentos Arqueológicos, y Sologuren, obligado ya por ley a reportar el hallazgo, solicitaba al Ministerio de Justicia los derechos de propiedad sobre los objetos encontrados y también sobre la estructura de la tumba.
En un inicio el Inspector Federal de Monumentos Arqueológicos, Leopoldo Batres, se refería al doctor como un “infractor de la ley” y demandó que depositara todos los objetos recuperados en la oficina local del Ministerio de Hacienda.
Imagen: La fachada de la tumba de Xoxocotlán, ya muy destruida. En la foto aparece la familia de Nicolás León Calderón en 1891. Foto: Instituto Iberoamericano, Legado Walter Lehmann.
Adam T. Sellen. Doctor en estudios mesoamericanos. Investigador en el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la UNAM en Mérida, Yucatán. Sus líneas principales de investigación son el coleccionismo, la falsificación, y la historia de la arqueología y de los museos.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sellen, Adam T. , “El destino de la colección arqueológica del doctor Fernando Sologuren”, Arqueología Mexicana, núm. 174, pp. 64-69.