Prevención de epidemias en el Virreinato

Marcela Salas Cuesta, María Elena Salas Cuesta

Salubridad urbana en la sociedad virreinal

Entre 1789 y 1798, el virrey segundo conde Revillagigedo hizo una serie de propuestas para transformar los espacios urbanos y convertir las ciudades en lugares útiles y sanos. Con él arribaron las ideas ilustradas relacionadas con la salud pública como sinónimo de la salud urbana: construcción de cementerios fuera del núcleo poblacional; creación de cátedras de matemáticas aplicadas a la arquitectura, así como la de anatomía y fisiología en el Hospital General.

Designó como arquitecto mayor a Ignacio Castera para que elaborara un proyecto de organización urbana vinculado al de salubridad, tomando como base la idea científica de que lo sucio es causa de un aire malsano, que a su vez provoca epidemias y enfermedades.

En el siglo XIX la situación no mejoró, al grado de que en 1821 la Junta Principal informó que el incremento de las fiebres entre los habitantes de diversas ciudades se debía a la falta de aseo en calles, barrios, casas, plazas, fuentes, y, en la ciudad de México, también de las acequias, problema que siempre tuvo. En esa época, el aire malsano provenía de atarjeas, ciénegas, potreros, muladares, así como de los desechos de carnicerías y lugares de comida. La basura que se acumulaba en los predios baldíos era incalculable.

La insalubridad era más notoria en los arrabales, donde los llamados léperos vivían en la más grande de las suciedades, provocando que la contaminación llegara a las ciudades y desencadenara epidemias. A todo ello había que poner un punto final; las ideas del urbanismo neoclásico acerca de que todo tiene que correr y fluir para evitar las enfermedades hicieron que las autoridades propusieran de nuevo una serie de proyectos, y se emitieron bandos, ordenanzas y comunicados, cuyos postulados fundamentales y específicos estaban relacionados con la salud. Así, podemos decir que el medio ambiente como agente de enfermedades fue una preocupación constante para los responsables de la administración urbana, por lo cual establecieron una serie de políticas reformistas dirigidas hacia la creación de obras y servicios de infraestructura de orden público, como: alineamiento de las calles, obras hidráulicas, empedrados, drenaje, alcantarillado, servicio de limpia, letrinas en las casas, hospitales, mercados, cementerios, casas para huérfanos y menesterosos. Los trabajos que se llevaron a cabo durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX estuvieron encaminados a establecer ciudades limpias y ordenadas para alcanzar la higiene, a la vez que la belleza que proponía el urbanismo neoclásico conjuntamente con la salubridad urbana.

Imagen: Izquierda: Con el virrey segundo conde de Revillagigedo se estableció el Tribunal del Protomedicato –a semejanza del de España– para la prevención de enfermedades epidémicas y contagiosas. Anónimo, La peste de 1737. Grabado en Libro Escudo de Armas de México, 1743. Reprografía: Archivo De M. y M.E. Salas Cuesta; Boris de Swan / Raíces. Derecha: Debido a la contaminación que provocaban los cementerios dentro de las iglesias, se reglamentó la forma y lugar en que deberían ubicarse, para lo que se designó al arquitecto Manuel Tolsá como autor del proyecto “Cementerios Extramuros”. Plano del cementerio y capilla. Dibujo: Roberto García Moll, Basado en Tolsá, 1808. Repro.: Boris de Swan / Raíces.

 

Marcela Salas Cuesta. Historiadora por la UNAM. Investigadora de la Dirección de Antropología Física del inah, en la que coordina los proyectos: “México en el siglo XVIII. Costumbres funerarias. Un estudio de salud pública” e “Investigación, conservación y difusión de materiales fotográficos”. Ha realizado estudios sobre arquitectura y pintura virreinal, así como sobre materiales arqueológicos de Tlatilco, estado de México, y Jaina, Campeche.

María Elena Salas Cuesta. Maestra en ciencias antropológicas, con especialidad en antropología física. Investigadora de la Dirección de Antropología Física del INAH, en la que coordina el proyecto “Rasgos no-métricos o discontinuos en cráneos prehispánicos y coloniales (parentesco)”. Ha realizado trabajos sobre antropología física forense, osteopatología y salud pública en el México virreinal.

Salas Cuesta, Marcela y María Elena Salas Cuesta, “Salubridad urbana en la sociedad virreinal”, Arqueología Mexicana, núm. 100, pp. 20-25-

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