Aunque es un asentamiento maya del Clásico, el nombre actual del sitio tiene raíces nahuas: Tenam viene de tenámitl, “fortaleza”, y “puente” porque en esa área estuvo la finca El Puente.

Aunque existen restos arqueológicos, cerámica, principalmente, del Preclásico Tardío (350 a.C.-250 d.C.), la construcción de los edificios comenzó en el Clásico Temprano (250-600 d.C.). Tenam Puente sobrevivió al colapso de la mayoría de los sitios de las Tierras Bajas mayas, ocurrido en el Clásico Tardío (600-800 d.C.).

Las influencias de la región del Usumacinta –como los edificios formados por la superposición de plataformas, llamados escalonados– en la arquitectura y los rasgos culturales de las Tierras Bajas hacen suponer que hubo una emigración hacia el altiplano, en donde está el valle de Comitán.

En Tenam Puente la arquitectura se combina armoniosamente con el paisaje, sus muros están construidos con mampostería, en algunos casos recubierta, como es característico en la región de los Altos Orientales de Chiapas. En la Acrópolis se concentran los edificios cívico-administrativos y la población vivía en las partes menos inclinadas.

Qué ver

Acrópolis

Es el conjunto de edificios de mayor importancia de la zona arqueológica. Está formado por edificios que conformaban plazas hundidas que servían para controlar el acceso a la parte alta del conjunto arquitectónico. Los edificios sobresalientes son 17, 20, 21 y 29, que están dispuestos de manera tal que atraviesan la Acrópolis de suroeste a noreste, formando un eje simbólico que dividía la Acrópolis, lugar que representaba la montaña sagrada; en la cima los hombres se comunicaban simbólicamente con las deidades celestes.

Edificio 29: Probablemente estuvo recubierto con estuco y en el frente había una estela lisa con restos de pintura rojiza, pues quizá tuvo inscripciones glíficas pintadas y no esculpidas, como en otros sitios mayas.

Edificio 21: Aquí se localizó la tumba de un personaje que gobernó el sitio y a quien se ofrendaron un espejo de pirita, una garra de felino y conchas marinas, entre otros objetos. La tumba fue sellada después de su exploración y está construida con paredes de mampostería recubiertas con lodo y estuco pintadas en rojo y azul; por su ubicación en la Acrópolis es la representación del axis mundi, por donde los hombres ascendían al cielo o descendían al inframundo para comunicarse con los dioses.

Juegos de pelota

Atendiendo a la división en un eje simbólico de la Acrópolis, las tres canchas del juego de pelota quedan en la parte este del eje.

Juego de Pelota I: Aquí se encontraron los restos de un canal de lo que fue un baño de vapor y se supone, por su tamaño, que la población podía presenciar el juego de pelota. Esta cancha se ubica en la parte baja de la Acrópolis, pues para los mayas representaba la entrada al inframundo.

Juegos de pelota II y III: Estas canchas son de menor tamaño; servían también para controlar el acceso a la parte alta de la Acrópolis. En estas canchas se localizaron varios fragmentos de esculturas de guerreros cautivos similares a las de Toniná, Chiapas.

Imagen: Acrópolis de Tenam Puente, Chiapas. Foto: INAH.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Arqueología Mexicana,  “Tenam Puente”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 102, pp. 40-42.