Daniela Triadan, Takeshi Inomata
Nuevas investigaciones en Ceibal confirmaron que se trató de uno de los primeros asentamientos en el Petén. En ese sitio se localizó la arquitectura ritual más antigua de la región, asociada con ofrendas que contenían objetos de estilo olmeca, lo que indica interacciones con el área del Golfo de México. Estos nuevos descubrimientos significan un cambio en la historia de la fundación de la civilización maya.
El Preclásico (ca. 1800 a.C.-250 d.C.) fue un periodo clave en la formación de sociedades complejas en Mesoamérica. Durante el Preclásico Temprano (1800-1000 a.C.) se fundaron los primeros asentamientos permanentes en la costa del Golfo de México, la costa del Pacífico y en las Tierras Altas del centro de México y Oaxaca. El crecimiento de algunos de esos asentamientos dio lugar a sociedades estratificadas y a una clase emergente de elites y gobernantes, como la de los olmecas de la costa del Golfo. Sin embargo, los mayas de las Tierras Bajas fueron uno de los últimos grupos que utilizaron la cerámica y un estilo de vida sedentario.
Se ha debatido por mucho tiempo si la formación de la civilización maya temprana fue causada por influencia de vecinos más desarrollados, como los olmecas o gente que vivía en las Tierras Altas de Chiapas, o si se desarrolló de manera independiente. Más recientemente algunos investigadores empezaron a pensar que la realidad fue tal vez más complicada. No es muy probable que la gente en las Tierras Bajas mayas viviera en total aislamiento. Por otro lado, hay diferencias considerables entre la cultura material de las Tierras Bajas mayas y las áreas vecinas, así que las influencias externas no explican satisfactoriamente los desarrollos en esas tierras. Uno de los objetivos de nuestro proyecto fue investigar la manera en que se conformó la sociedad de los mayas de las Tierras Bajas, para lo que se usaron varias estrategias, considerando incluso las interacciones externas y los recursos locales.
Ceibal, un antiguo sitio maya
Ceibal se encuentra en el suroeste del Petén, en una colina de aproximadamente 80 m de altura que ve hacia el río de la Pasión. Éste es uno de los ríos principales en el Departamento de Petén, y debió ser una importante ruta de transporte de gente y materiales en las Tierras Bajas, como lo es hoy en día. El sitio está cerca de donde el río cambia su curso del sur al norte, de modo que el lugar permitió observar, y tal vez controlar, el movimiento de bienes desde las tierras altas, así como de gente que viajaba desde el área central hasta el Golfo de México.
Desde los sesenta del siglo pasado, cuando arqueólogos de la Universidad de Harvard llevaron a cabo las primeras excavaciones científicas, Ceibal ha sido importante en el estudio de los orígenes de la civilización maya. Esas primeras investigaciones proporcionaron evidencia de que Ceibal fue uno de los primeros sitios habitados en las Tierras Bajas. Su ocupación empezó alrededor de 1000 a.C., a principios del Preclásico Medio (1000-400 a.C.). Desde esa época el sitio estuvo continuamente habitado por 2 000 años, hasta su último abandono alrededor de 950 d.C. El asentamiento más temprano parece haberse concentrado en el Grupo A, al centro del sitio (fig. 2).
Sin embargo, gracias a las investigaciones realizadas por la Universidad de Harvard surgieron planteamientos más específicos sobre el tamaño de ese primer asentamiento, cómo estuvo organizado y cómo se desarrolló. Estas preguntas son importantes para evaluar la manera en que los cazadores y horticultores nómadas que vivieron en las Tierras Bajas cambiaron a un estilo de vida sedentario, que está en la base de la civilización maya.
Uno de los cambios más profundos en la historia humana es la transformación de la vida de los cazadores-recolectores móviles a sociedades agrícolas y sedentarias. La teoría dominante es que esta transformación fue gradual y que la complejidad social se desarrolló después de que la gente construyó viviendas más permanentes y empezó a vivir en pequeñas aldeas. Al vivir en grupos más numerosos y de manera permanente, se requirieron estrategias diferentes para administrar esas nuevas comunidades, lo que a su vez dio lugar a nuevos ritos religiosos y estructuras sociales, así como a la construcción de las primeras estructuras monumentales, como montículos y pirámides.
Daniela Triadan. Profesora en la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona. Se especializa en análisis de cerámica y el desarrollo de la complejidad social en culturas antiguas. Actualmente trabaja en Ceibal.
Takeshi Inomata. Profesor en la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona. Ha realizado excavaciones de Aguateca y Ceibal, y ha examinado los procesos de cambios sociales en las tierras bajas mayas.
Triadan, Daniela, Takeshi Inomata, “Los primeros Centros de Petén: Ceibal”, Arqueología Mexicana núm. 137, pp. 26-31.
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